Ser Tu Amante

42 25 27
                                    

No quiero ser tu esposo, ¡quiero ser tu amange esta noche y que no tengas compromiso con alguien, deseo que seas libre y quieras disfrutar las miles de maravillas conmigo. Hoy en esta oscura y aludida noche me gustaría que tengas por ratos felices y excitantes en este preciso momento, con delicias eróticas y orgasmos incesantes, que hoy me digas te amo solo a mi. Tu cuerpo desnudo y hermoso con la simple vista ya me está impresionando y me das la sensación de que como tu amante disfrutare de la belleza de tu ser. Tus bellas rosas que están tintadas a su alrededor con un labial brilloso de un característico color rojo con una mezcla de elixir morado que se muestra poco a poco y comenzaste a manchar mi boca y escuchar el sonido del roce carnal de nuestros labios del cual se hace más y más intenso y nuestras lenguas juegan a algo que nos une con mucha más fuerza hasta el punto en que estas se adhieren a un sentimiento que se transmite con la saliva jugando un rol importante en la llama del inflamundo y que me lo voy tragando lentamente en el interior de mi ser y ya estoy sintiendo parte de tu alma dentro de mi. Sigues queriendo que nunca me separe de ti poca y por un largo periodo de tiempo nuestras lenguas siguen tan unidas como dos gotas de agua que caen de un mismo chorro pero que se juntan con un simple tacto. Tu boca, deseosa en esta noche no le queda de otra que probar muchas más cosas de mi ser y esta se va al pliegue de mi cuello donde sin despecho y con mucha dicha lo muerdes con muy poco remordimiento con la función de dejar marcas en mi ser como si estas fueran un tatuaje que se quedarán por toda mi vida. Tu labial se escurría por mi cuello como el sudor que chorreaba desde tu cabeza y se iba incorporando a toda tu naturaleza y mi lengua lo bebía y suspiraba como si fuera agua del olimpo más glorioso del universo. Ahora es mi lengua la que anda preocupada por ver si esta noche podrá ser suficiente para deleitarse con lo inmenso de tu universo y lo bella que es tu constelación. No hubo lugar desde tu pelo hasta tu cuello que mi lengua no quería disfrutar, y llegue hacia tus bellos difuntos, tiernos y pompoosos pechos que antes de que mi lengua los querían probar mis manos los manoseo sin pecado y cayendo completamente en la tentación tocando cada centímetro de estos, luego de esto ahora si mi lengua absorbio todo el contenido de ambos y con ayuda de mi boca los disfruto como el pan de cada día dándole un color diferente a tu cuerpo. Navegando y viajando por lo impresionante de tu laberinto he llegado a una tierra prohibida pero a la vez sin prejuicios y con muchos delirios de provocación de caer en un pecado tan mortal como es el de buscar el placer eterno e implacable que se localizaba en tu clítoris. Mi lengua ya la empezó a probar y se escucharon unos leves gritos, pero yo quería que fueran más fuertes y ahí se encontró mi mástil sin espera entro hacia tu ser y en este preciso momento ya tus cánticos gloriosos y armoniosos se hicieron más inmensos y retumbantes al cabo del paso de la noche y me transportastes como tu amante a un universo paralelo y dichoso a que cada segundo de mi vida disfrute de ti sin ningún prejuicio ni perdón.

Escritos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora