Desahogando tus penas

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Aun no se como paso todo tan rápido, pero el inicio de todo esto fue muy hermoso. Todo comenzó, cuando te conocí en un centro comercial y te vi y quise entablar un vínculo de amistad como primar propuesta y claramente tu aceptaste mi oferta y desde ahí iba todo mejor, nos veíamos mucho y la pasábamos casi siempre juntos y nos volvimos muy buenos amigos hasta que un punto con tanto conociendonos algo raro empezó a pronunciarse mucho en mi. Cada vez que andaba a tu lado temblaba y mis manos sudaban sin ninguna razón y mi corazón latía demasiado rápido y fuerte, pero aun no podría descifrar que era exactamente esta sensación. Es algo muy difícil de explicar, pero después de unas 2 semanas pude descubrir que era que sentía algo contigo que cuando sentí eso mismo por otras personas ya me había salido mala la jugada y siempre terminaba perdiendo. No sabía si te habías dado cuenta y un día normal como cualquier otro vi que estuviste llorando o tus bellas perlas se encontraban de color rojizo por el contorno de tu pupila y me habías contado que tu novio te había dejado por otra persona y andabas muy mal anímicamente, yo en ese momento no sabía que hacer sinceramente así que me quedé escuchándote por varios días aunque te notaba muy extraña, te ibas acercando más a mi y me dabas cariño. Mi corazón seguía comportándose igual cada vez que nos veiamos y hubo un día que no pude resistir más y te conté todo lo que sentía; tenia la sensación de que me ibas a rechazar ya que era muy difícil que siendo amigos pudiéramos sentir algo más que una amistad, y de una manera u otra me quisiste dar una confesión a mi oído y fue tan impactante la confesión de que no tuve palabras para digerir la noticia y me invitaste a tu casa porqie había una sorpresa. Sin ninguna opción y sin nada que perder, fui a tu casa y todo andaba oscuro, subí a tu cuarto y solo se que vi una silueta ,muy definida y hermosa y sude demasiado y se iba acercando y acercando y al llegar a mi eras tu y me diste un beso con tus fresas que andaban pintadas con un labial negro y mezclado con un sabor a flores y mi boca se enamoró de ese olor que no quería despegarme más nunca y estuvimos así por un largo tiempo que mi corazón lo definía único, mi boca el mejor del mundo y mi mente algo tan perfecto. Era impensables que desde que comencé a sentir esas cosas por ti fuera a ser reciproco el trato, no te había visto desnuda y con ayuda de la luna que alumbraba fuertemente tu ventana pude ver que tu desnudez era el hechizo más precioso que habían visto mis ojos y que deseaba probar cada pliegue, relieve, centímetro y espacio que estos pudieran existir. Todavía me acuerdo que hicimos miles de fantasías y deseos que hemos podido cumplir en una noche y buscamos terminar esta noche de placer mientras íbamos desahogando tus penas. Y llegó el acto final a esta muestra de amor de la cual uniría mucho más que dos cuerpos, sino que se juntarian de otra forma nuestros espíritus y me introduje hacia ti por parte de mi miembro y tu expresaste aquella conexión a través de tus bellos, hermosos, únicos y auténticos gemidos que se escucharon a muchos metros de distancia y una amistad terminó siendo dos almas complementándose como si se hubieran visto en otras vidas.

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