Escritos

Habitat

El sol afina balos detalles de lo más reciente de tu piel de ombligos, encontrándome sobre ti como si fuéramos estrellas
en lo más sublime y resbalando por los surcos hasta tus caldeados suburbios, y besar tus hermosas perlas que dejan el  sobrevuelo de tu rostro como quien exhibe sus dominios tejiendo en tus pestañas la travesía de encontrarnos solos, poco a poco se esconden en tu boca las palabras mientras la mía te recorre buscando tu secreto, tendido en lo sagrado se asoman tus ojos integrándose al abismo de mi existencia postrada y veo como tu cuerpo se me hace la mejor obra de arte de puede haber un museo

Al tiempo en que mi manos se funden en tus bellas montañas de las cuales tienen unos picos tan afilados que se ven deliciosos en mis pupilas. Luego mi boca empezó a succionar uno por uno dejando aquel liquido que sale mi boca y donde tus majestuosos pechos están llenos de ese liquido y pasaron a un color morado de los mordiscos que le deje a estos.
esos que cubres del mundo a sabiendas que son tuyos como frutas de temporada, y aterrizas en tu vientre que lo considero como el fruto de la vida eterna y que mi lengua quiere deleitarse.
tras hundirte en la ornamenta de tu universo sumergido en la luz de mil estrellas que forman tu galaxia inmensa y espectacular.
atravieso tu estructura desvistiendo tu soberbia a lo lejos el ruido tu aliento tan cerca que yo mismo con una gran alevosía escucho los gritos que salen de tu boca con mucha fuerza cuando introduzco mi energía en ti.
reiterando mi teoría de amores hechiceros, áfrica mía que repica en el alamborado latir
de tu figura esculpida evocando el sexto chacra.

Que me religa a ti en la necesidad de tus complementos, entonces la epopeya se rescribe y la historia de nuestro amor sigue fluyendo hacia un paraíso eterno
en sabanas asfixiadas quedándonos solos otra vez en silencio con tu piel de ombligos
y mis cicatrices gastadas retomando los principios para resucitar en la plegaria
de volver a morir.