Vida

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Estaba sentado en mi casa, todo muy normal en un día muy tranquilo y de una manera u otra, llegaste a mi vida ,entraste por la puerta de mi casa y de pronto me entró una sensación de felicidad con solamente tu presencia. Y veo como vamos hacia mi habitación mientras siento el calor de tus brazos y como me tiras hacia mi cama y caes como si te hubieran pegado un tiro desplomada hacia mi y con el roce de tus bellos, astronómicos, celestiales, e indescriptibles de los cuales estaban cubiertos en su contorno por un labial negro que ya se veía un intención de poseerme con un simple beso y asi sucedió, empezó el jugueteo de nuestras bocas chocando una contra la otra y dentro de ellas nuestras lenguas se buscaron poco a poco hasta el punto de unirse como si fueran nudos hermosos y perfectos que se llenaban de saliva y de un fuego que se mantenia dentro de nosotros y se impregnaba en mi ser convirtiendo mi cuerpo en un alma que buscaba regocijo y tus besos eran el aliento que me hacían sentir seguro y se que me conectaba con tu alma que ya con esto se encontraba fuera de la estratosfera y la mía buscándola hasta más no poder. Luego de esto, tu boca paso de estar conectada con la mia y se pego a mi cuello como si fueras un murciélago que quiere oler sangre y chupas con mucha gloria y dedicación dejas en mi cuerpo unas marcas que no se olvidaran nunca en mi vida y se quedarán en mi como si con esto te quieres despedir, pero se que eso no pasará. Seguía el juego de nosotros que empezaba arriba y esto no se acabará y beso toda tu cara y suspiro tu sudor que se chorrea por esta y aspiro el olor a perfume que estaba por el alrededor de tu cuello y dejo que mi lengua y mi nariz lo sientan hasta llegar a unos bellos, preciosos, abstrales, dimensionales, alumbrantes y excelsos de los cuales sin ninguna pregunta mi lengua los toco, palpo y encima absorbio su sobrio y encantandor sabor y los llene a ambos con saliva y marcas desde sus picos hacia lo más bajo de su tierra fertil plantada de olivos muy divinos. Pasando por el monumento de tu cuerpo, marcando tu cuerpo y palpando con mi pincel, cada centímetro, cada esquina, cada borde, y cada pliegue de tu ser cada vez con más énfasis y más entrega a ti llego hacia el dichoso y deseado fruto localizado en tu zona deslumbrante y fértil como tus montañas y solo con mi boca pruebo sus primeras entradas sabiendo que eso no era suficiente para encontrar el elixir infinito y el placer incomparable. Entonces llega el instante donde me conecto más hacia tu ser con la introducción de mi cuerpo por la parte de tu clítoris donde se escuchan unos cánticos angelicales, sonoros, bellos y de otras dimensiones de las cuales no se pueden describir porque solamente se deben disfrutar y se hacían más fuertes y más se deleitaban mis oídos.

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