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Narra Amity

El tiempo dentro de clases pasó tan rápido que sin darme cuenta ya estaba tomando el almuerzo en la cafetería. Sentada en la misma mesa en "compañía" de las mismas personas, así hasta que un par de minutos después una voz familiar se acercaba a donde estaba; saludó a nuestras amigas y preguntó si podía sentarse junto a mí, a lo que sólo asentí en respuesta. Ella continuó conversando con las chicas a mi alrededor, reían, bromeaban y yo solo sonreía de vez en cuando para no parecer tan ausente en aquella mesa. Volteé a ver a la persona junto a mí y me cuestioné muchas cosas ¿cómo había llegado hasta aquí? ¿desde cuándo? ¿cuánto tiempo llevaba todo esto? Y recordé, hace tres años cuando Luz se fue.

La campana de las 3:00 pm dio a entender el fin de las clases, me levanté sin entender nada de lo visto en el aula el día de hoy, me dirigí a mi casillero tan inmersa en mis pensamientos que choqué con la chica que menos quería ver, me disculpé y proseguí con mi andar sin importar que ella me llamara mientras yo me alejaba. Llegué a mi casillero, saqué los libros que necesitaría para mis tareas, los guarde en mi bolso y salí de ahí en dirección a mi hogar, no quería ver a nadie así que caminé por la cancha de Grudgby sabiendo que ésta estaría vacía ya que hoy no había entrenamiento, pero mi lógica falló y ahí estaba ella; sentada en las gradas y al verme sólo me sonrió y siguió mirando el cielo ¿el cielo? ¿qué tenía de especial hoy? Levanté mi mirada y pude ver un vasto cielo azul, sin nubes ni nada que opacara aquel perfecto color, aquello le dio oportunidad a que ella se acercara a mí sin decir una sola palabra; tan sólo posó su mano en mi hombro, volvió a sonreír y caminó en dirección contraria a la mía. Eso lo tomé de la mejor manera, sabía que quería estar sola y como siempre me dio mi espacio sin cuestionarme nada.
Tomé el camino largo a casa ya que no quería toparme con nadie más o eso creía ya que mis pasos me llevaron al lugar menos esperado de todos, y al darme cuanta paré en seco al ver a lo lejos aquella casa perteneciente a la Dama búho, la miré y recordé el día antes del Grom, cuando en medio de la noche me dispuse a darle a Luz aquella invitación para así no pasar una vergüenza si aquel monstruo se transformaba en ella frente a todos delatando mi peor miedo (cosa que pasó pero no tan obvio como creí) recordé cada detalle, cuando ella me golpeó pensando que era una criatura del bosque, el lodo y lo cerca que quedamos cuando me ayudó a levantarme, la valentía en su rostro al decir que ella tomaría mi lugar como Reina y el alivio que sentí al saber que no era necesario darle aquella nota en ese momento y con esos pensamientos cambié mi rumbo en dirección a mi hogar al ver que la tarde estaba por caer y percatarme que la cena con los padres de Boscha sería en un par de horas. Caminé lo más rápido que mis piernas me dieron y tomé un respiro de alivio al ver mi casa a solo unos metros de distancia, quise evitar a mis hermanos para que no me distrajeran ya que tenía el tiempo limitado, entré por la parte trasera y corrí escaleras arriba, pero justo cuando iba a tomar la perilla de mi puerta mi madre me habló.

Odalia: Amity, necesito hablar contigo -dijo acercándose- pero antes ve a arreglarte para la cena con los Lucitor, te espero en el jardín trasero, no tardes demasiado.

Sin más que decir me adentré a mi habitación y para mi suerte el vestido que usaría esta noche ya estaba en la cama junto a los accesorios que iban a juego; "muchas gracias Victoria" dije para mí misma y entré a la regadera, no pasaron ni 40 minutos y ya estaba lista, eso quería decir que tenía tan solo 20 minutos para hablar con mi madre antes de que Boscha y su familia llegaran. Me apresuré en dirección al jardín y mi sorpresa fue inmensa cuando vi sobre la pequeña mesa de té el collar de Luz, mi madre me hizo una señal para que me sentara frente a ella, sabía que esto no iba a terminar bien.

Odalia: -Sin perder el tiempo- ¿de quién es ésto? -señaló el collar con la mirada-.

Esa pregunta y el tono de su voz me dejaron helada, sentía la mirada interrogante y fulmante de mi madre recorrer todo mi cuerpo en busca de una respuesta.

¿Olvidarte?... ¡Jamás! (Lumity) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora