Misteriosa Salvadora

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Habían dejado Mercado Troll y su experiencia con Winkle detrás.
Aquella hada había cumplido su promesa, dándole el dinero necesario para irse y eso haría.

Se iría, se iría muy lejos.

Montaba sobre el lomo de Lilith, quien mantenía la forma de un caballo.

Pero algo no la dejaba avanzar con naturalidad.
La voz de la Cazatroles la perseguía.

"Cuando Arturo Murió, su reino murió con él"

Todos se habían ido y, aunque no recordaba nada sobre ninguno, algo hacía que su corazón se retorciera del dolor.

Sus pensamientos tejían su propia red dentro de su cabeza. Una pensamiento la llevaba a otro, desviandola completamente.

Una fugaz imagen cruzó su cabeza y, de pronto solo podía pensar en una sola persona, en un solo momento.

“-Puede estar tranquila, mi lady.- decía el caballero de brillante armadura mientras la tomaba en brazos, cual niña pequeña.

Había pasado días en el bosque, herida e incapaz de seguir huyendo.
Apenas podía escuchar lo que aquel hombre le decía.

Iba a morir. Estaba segura. Solo era cuestión de tiempo.

-¿Cuál es tu nombre, niña?- preguntó aquella voz sin rostro.

Abrió sus ojos con dificultad, respiró pesadamente, sintiendo como él ligero aire tocaba sus resecos labios al salir de su boca.

Lilith se mantenía oculta en su cabellera, esperando que su familiar no muriera en ese momento.

-Margaret...- respondió ella entre susurros.

Hubo un corto silencio, pero no es como si ella pudiera mantenerse concentrada.

El hombre dijo algo que ella apenas pudo entender.
-... Mi nombre es Lancelot...- una oración indescifrable cruzó por sus oídos. -...Vas a estar bien...-”

Lancelot...

Un cálido sentimiento invadió su pecho.
No recordaba nada más que eso, pero le fue suficiente para saber que aquel hombre que la había salvado de la muerte había sido alguien importante para su vida.

Pero todo aquel calor que le había invadido, se vio aplastado por una inquietante sensación.

Tiró un poco de la melena de Lilith, causando que esta se detuviera, con evidente enfado.

Peggy bajó del lomo de la cambia formas.
Esa habilidad suya de percibir energías le causaba mucha molestia, sobre todo por que la hacían sentir mucho pánico.

Era una energía oscura, no tenía duda, pero no era como algo que había sentido antes.

Una energía tan pesada como la de un Troll, pero transparente y confusa como la de un humano.

Cerró los ojos, intentando enfocarse para encontrar la fuente de aquellas energías.

-¿Esta bien, señorita?- escuchó una voz que la sacó de su trance.

Volteó rápidamente.
Una pálida mujer estaba frente a ella, con un rostro de visible confusión.

De pronto, aquella energía se había perdido en el aire.
“Maldición” pensó Peggy.

-¿Esta usted bien?- volvió a preguntar la mujer.

Peggy la observó un poco antes de responder. En realidad no había nada fascinante sobre aquella mujer.
Promedio, en todas sus formas: cabello negro, fachas de campesina, ojos grises.

La Hija De Morgana [Tales Of Arcadia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora