-Headbourne Worthy, Inglaterra-
-1824-La casa a la que habían llegado era algo grande, más grande de lo que hubiera imaginado, muy grande para ser una casa de campo.
El viaje había sido agotador, tal vez por haber llevado sobre su misma ese hechizo que la hacía parecer más vieja, y tanto que Marius se había quedado dormido con la cabeza recargada en la ventana del carro y su cabeza rebotaba con cada salto, causando que el joven solo maldijera de vez en cuando, volviendo a dormir.
Un carro pensó.
¿Cuando en todos sus años de vida había tenido un carro para viajar de lugar en lugar, en vez de hacerlo con su magia?
Era un modelo precioso, tapizado por dentro con una hermosa tela color perla y una alfombra color vino que era fácil de ver gracias a las ventanillas, las cuales podían subir y bajar con la ayuda de una manivela en la puerta y por fuera la madera estaba pintada de un azul rey en un tono oscuro. El carro era, a su vez, tirado por un par de garañones blancos, guiados por un chofer.
Habían viajado desde Londres hasta Headbourne Worthy, un pequeño poblado en el Distrito de Winchester. Un lugar verde y con campos enteros que separaban una casa de la otra, lo que le vendría muy bien.
Al llegar fue el chofer el que la ayudo a bajar del carro y en cuanto sus pies tocaron el suelo mojado, por inercia, ella misma levantó la seda de su vestido sobre sus pies para evitar que esta llegara a arruinarse. Lilith, por otro lado, evitó mojarse las patas y se limitó a ser llevada en brazos por el joven mago.
La casa de campo no era tan grande como la casa en Londres y, por fuera al menos, era menos elegante. Los ladrillos rojizos se notaban húmedos por las lluvias, el jardín frontal era una caótica mezcla de flores y enredaderas que subían por las paredes y se atoraban en los marcos de las ventanas, la puerta frontal, al igual que las ventanas, era de una sólida madera pintada de un blanco puro.
-Bienvenidos a Daisy's Hill.- anunció el chofer, antes de dejarlos caminar hasta la entrada.
La puerta fue abierta y tanto Peggy como Marius se quedaron pasmados ante la elegancia de aquella casa. Frente a ellos, del lado derecho del pasillo había una fila de mujeres, todas vestidas en un bonito uniforme color azul pastel y, al inicio de la fila, una mujer de edad vistiendo un vestido negro un poco más elegante.
Al lado contrario del pasillo había una fila de hombres vestidos con trajes que le recordaban a los pingüinos, ni siquiera el que parecía liderar la fila se había salvado de vestirse como ave.Y, más al fondo, una pequeña fila de cocineras, jardineros, choferes y encargados de las caballerizas.
Todos servidumbre, todos a su disposición, las veinticuatro horas del día.
-Bienvenidos a Daisy's Hill.- dijo la anciana del vestido elegante.- Soy la señora Bell, ama de llaves.-
Peggy hizo una reverencia con la cabeza, mientras Marius seguía perdido en la arquitectura del pasillo.
-Margaret.- se presentó.- Y él es Marius, mi hijo.-
-Es una pena lo que le sucedió a Lady Tucker.- dijo la señora Bell.- Pero es un gran alivio saber que ustedes, su familia, están aquí para cuidar de Daisy's Hill. Muchas personas dependen de esta casa.-
-Nos encargaremos de cuidar bien de todos ustedes.- dijo Marius, logrando sacar murmullos y risitas de parte de las más jóvenes de la servidumbre.
Esa parte de la historia, la de ellos heredando una propiedad ajena, era la que menos la enorgullecía.
Sin embargo, en su defensa, había pasado por accidente.
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La Hija De Morgana [Tales Of Arcadia]
Fanfiction[Libro 2] [TERMINADA] ¿Que habrá pasado en esos novecientos años de historia perdida? Conocemos el pasado de Peggy y el camino que la guía hasta su presente. Precuela de "La Aprendiz de Morgana" °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°° ...