Agony Of A Witch (Segunda Parte)

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Los días pasaron sin que ella les diera mucha importancia.
Marius pasaba mucho de su tiempo con Lucía, ya fuera dentro o fuera de casa.

Al principio Peggy no estaba segura de si podía confiar en la discreción que Lucía había prometido, pero al ver lo intrigada que estaba y como sus ojos se llenaban de luz al ver la magia que le mostraban, Peggy comenzó a tomarle cariño.

Aquella tarde los jóvenes habían anunciado que irían a la ciudad, a lo que Peggy no puso pero alguno, acordando esperarlos para la hora de la cena.

Ella, por otro lado, se encontraba en la sala de estar. Había encontrado un viejo hechizo que solía usar para curar plantas enfermas, o bien, para revivir a las que ya habían muerto.

Recordaba vagamente haberlo usado el día que Morgana descubrió su habilidad mágica, pero no recordaba haberlo usado alguna otra vez.

Había practicado el hechizo sólo en plantas, aunque también en insectos pequeños, dándoles una segunda oportunidad de vivir.
Sin embargo seguía preguntándose si era posible usarlo en las personas.

La respuesta le aterraba, pues sabía que jugar al Creador no era algo que una hechicera común debería hacer. Pero ella no era una hechicera común; Lilith solía repetirlo y Agatha se lo había dicho antes de morir. Peggy sabía lo peligroso que era conjurar las fuerzas oscuras, incluso cuando se tenía la más pura intención.

El llamado de la puerta la sacó de sus pensamientos. Rápidamente se apresuró a la entrada y atendió la puerta.

Un hombre viejo y calvo se paraba frente a ella. Sus ojos marrones estaban casi ocultos bajo las tupidas y blancas cejas del hombre; usaba un abrigo marrón lleno de medallas que daban a entender su alto estatus.
Sujeta a su brazo derecho se encontraba una mujer de piel ligeramente tostada y cabello negro, corto y ondulado, usando un gran y elegante abrigo de piel.

-Busco a la madre de Marius- dijo el hombre, después de mirarla de pies a cabeza.

-Si.- respondió Peggy.-¿En que puedo ayudarle?-

Ambos adultos le miraron con sorpresa, pero ninguno se atrevió a hablar palabra alguna, sino hasta que el hombre aclaró su garganta.

-Vengo a informarle que la relacion entre nuestros hijos debe terminar.- ordenó el hombre.- Y que sea lo mas pronto posible.-

Peggy le miro incrédula.

-¿Disculpe usted?- preguntó la castaña.

-Mi hija es una mujer hermosa, con una excelente educación, finos modales y un codiciado lugar en la sociedad.- respondió el hombre.- Ella merece algo mejor que estar con un inmigrante fracasado.-

Los ojos de Peggy se abrieron con sorpresa, mientras sus mejillas se sonrojaban a causa del enojo.

-Así que le sugiero que haga algo al respecto.- continuó el hombre.- Antes de que me vea obligado a meter cartas en el asunto.-

Lilith se asomó por el pasillo, escuchando la conversación se hacer o lentamente, quedando detrás de Peggy.

Hubo un momento de silencio entre los tres individuos, hasta que fue Peggy la que decidió romperlo.

-¿Ya terminó?- preguntó la castaña, a lo que él hombre sólo pudo asentir.-Bien. Primero, mi hijo estará con quien él desee estar, por que es un hombre maravilloso, que merece una persona maravillosa.-

Lilith comenzó a salir de detrás de Peggy mientras la hechicera hablaba.
Los ojos de la esposa se fijaron en la gigantesca felina que aparecía en la escena.

La Hija De Morgana [Tales Of Arcadia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora