La mayoría de las personas le habían dicho que todo estaba escrito, que todo lo que ha sucedido en nuestras vidas era lo que tenía que suceder porque era nuestro destino.
Él nunca creyó en eso, realmente él no creía en nada, solo en sí mismo. Sentía que aquello que los demás llaman destino es la historia de tu vida y que se escribe día a día teniendo cada cual la libertad de elegir la forma de hacerlo. Para él nada estaba destinado a pasar y todo lo que sucedía era consecuencia de nuestras decisiones.
Hasta que la conoció a ella.
Y por primera vez sintió que todo lo que había vivido lo llevó a ese momento, a conocerla. Por una vez se permitió pensar que el destino les tenía preparado aquel encuentro y que siempre estuvo caminando en la misma dirección; hacia ella.
Recordar la primera vez que la vio cuando casi la atropella aquel día lluvioso en las calles de Roma le hace pensar que en realidad no acabó, que aquella fuerza extraña que hizo que se encontraran no quiere que acabe aún, no de esta forma.
Desde el principio fueron como dos niños, peleándose todo el tiempo, chinchandose uno al otro para molestarse y cuando quiso darse cuenta, ya estaba irremediablemente enamorado de aquella pelirroja cabezota, tan cabezota como él.
El sol se asomó por el horizonte reflejando sus rayos en el agua. Aquel espectáculo que estaba presenciando era simplemente alucinante y quiso preguntarse por un momento por qué nunca se dió cuenta de que a veces las cosas que parecen más insignificantes, son las que de verdad te llenan.
El amanecer había llegado, y con él un nuevo día al que el Club de los Mosqueteros tenía que enfrentarse.
En cierto momento Sebastián se aburrió de fingir que dormía, luego lo siguió Katherine, James y en un tiempo relativamente corto todos estaban en pie, excepto Layla y Lucy, quienes se negaban rotundamente a que alguien las viera en aquellas fachas.
—Bien, tenemos que buscar algo de agua potable y comida. —hablo James cuando todos estuvieron reunidos por fin, después de que los hombres tuvieran que dar un recorrido no muy lejos con tal de dejar a las chicas solas para que se arreglaran como pudieran —Max, Sebastián y Lucy irán a cazar, Layla, Madelaine y Hero van a por el agua, Jayden Katherine y yo iremos a pescar. Alguna duda?
—Yo —Max levantó la mano —¿Las chicas se levantaron con cara de mapache o es idea mía?
—Y tú te levantaste más tonto de lo normal o es idea mía —contraatacó Lucy mientras las demás casi lo estrangulaban con la mirada.
James rodó los ojos y se cruzó de brazos esperando que comenzara la pelea.
—Lucy, deja que el mono se desarrolle —comento Madelaine
—Nadie te dió vela en este entierro, Rosita Fresita —se burló Max. A él le encantaba molestar a sus amigas, adoraba sus caras de "Quiero matarte pero desgraciadamente es ilegal"
—Mira payaso sin circo, aquí si te metes con una te metes con todas —Katherine también se unió a la lucha contra el pelinegro. La única que no hablaba era Layla, se mantenía neutral porque sabía que tanto sus amigas como su novio se sabrían defender bien sin su ayuda y no quería estar en medio, pero eso no evitó que se echara a reír con cada comentario.
Los chicos se reunieron observando la escena.
—Los detenemos ya —pregunto James a Sebastián.
—No, déjalos que se digan algunas cosas más, si se alarga la pelea entonces si los detenemos
—Es normal que peleen así —Jayden miraba el espectáculo con una risa.
—Este es nuestro día a día, hermano —contesto Hero con sus manos en el bolsillo y un gesto despreocupado.
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PERDIDOS ♾
RandomUn grupo de chicos que se hacen llamar "El Club de los Mosqueteros" se van de vacaciones en un crucero por Las Bahamas y... (...) Peleas, reconciliaciones y muchos obstáculos más deberán superar este gru...