IV

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Su primera cita fue la cosa más sencilla del mundo, simplemente fueron al centro comercial y vieron algunas cosas.

Además de ir al cine.

¿Y por qué fue sencilla? Porque así lo quería Kita o más bien eran un par de inadaptados que todavía no sabían que hacer con sus sentimientos.

Sin embargo, más que darle importancia a la salida fue la petición de la misma.

Todo era una experiencia completamente única y distinta a cualquier otra para ellos.

Aran nunca le había pedido salir a alguien y Kita simplemente no le interesaba nadie lo suficiente como para salir. Sencillamente no estaban en los planes de ninguno el tener pareja.

—¿Salir? —Cuestionó Kita— Siempre salimos juntos ¿Cual es la diferencia?

Ojiro Aran quería que lo tragara la tierra en cualquier momento.

Sabía que Kita es alguien literal, pero no tan literal rayando de que no podía diferenciar ciertas cosas.

O tal vez en su cabeza era completamente imposible de que se imaginara que su mejor amigo le estuviese pidiendo una cita.

O que pudiese siquiera confesarle sus sentimientos.

Claro, son dos chicos... Nadie en Japón en su sano juicio se imaginaria tal cosa.

Mucho menos Kita, el correcto, impecable e inigualable estudiante perfecto.

Un nieto ejemplar, un joven respetuoso y un capitán más que increíble.

De seguro debe pensar que se debe casar con una jovencita de buena familia y amable.

—No, bueno... Ya sabes...

—¿Y por qué te pones tan nervioso? Ya hemos ido al centro comercial antes —Agregó Kita arrugando un poco su nariz— ¿Acaso te sientes mal?

Cuando su amigo trató de acercar su mano a su frente Aran la apartó con cierta fuerza, aquello hizo fruncir a Kita todavía más.

Y con insistencia tocó la frente de Aran.

—No estás caliente como para tener fiebre, pero deberías cuidarte si te sientes mal... ¿Por eso quieres que te acompañe? Para que te ayude a buscar medicina.

—¡No! —Exclamó Aran alzando las manos.

—Entonces explícame que es lo que te pasa, has estado actuando muy extraño estos días.

¡Por supuesto que iba a actuar de manera extraña! Ha estado planeando esta invitación casi por una semana entera.

Sabía que no podía ocultarle cosas a Kita, es extremadamente difícil que él no descubra algo.

Aran soltó un suspiro, tal vez atacar con la completa y pura verdad sería lo mejor.

Ser rechazado de una estaría perfecto, así su corazón podría sanar mucho más rápido.

—Me gustas. —Su voz fue suave, casi como un susurro, pero lo suficientemente fuerte para que Kita lo escuchara.

El chico de cabello blanquecino con puntas oscuras se quedó en silencio durante unos segundos, aunque realmente estaba analizando la situación y estaba pensando en que decir.

—¿Qué clase de gustar? —Preguntó Kita con su mirada fija en sus ojos.

Aran simplemente sonrió con vergüenza y se rascó la nuca, sabía que no podía mentirle a Kita.

Es demasiado bueno leyendo a las personas o más bien a quienes conoce.

—Creo que ya sabes a lo que me refiero. A cual tipo de gustar.

—No, necesito que tus palabras sean claras. —Insistió el chico de ojos ámbar.

Aran tomó aire, de lo inteligente que tiene Kita también lo tiene de terco e insistente para saber la verdad.

—Es del gustar de pareja.

Kita parpadeó un par de veces, parecía un poco sorprendido.

–Solo recházame... Será más fácil para los dos. —Continuó con vergüenza Aran.

Ya se estaba dando la vuelta cuando la mano del más bajo de estatura se colocó sobre su hombro.

—¿Quien dijo que te iba a rechazar?

Cualquier cosa coherente que pudo haber dicho por su boca no se pudo completar, realmente Aran no tenía alguna esperanza de que sus sentimientos fuesen correspondidos.

Ni en un millón de años o en algún mundo paralelo, simplemente imposible.

—Ah... —Fue todo lo que pudo soltar.

—Dime —Pidió casi en susurro Kita— ¿Por qué crees que te iba a rechazar?

—Porque... Bueno, soy un chico. Creo que es más que lógico.

La mirada que le dio Kita fue más que suficiente para decirle que había metido la pata.

Esa intensidad en los ojos y más que todo había disgusto en ellos.

—A mi también me gustas y sí, es del gustar de pareja. Me gustas porque eres tú.

El corazón se le podría salir en cualquier momento de la felicidad.

—¿De verdad lo estás diciendo en serio?

—Por supuesto —Aseguró sus palabras Kita— ¿Cuando he bromeado?

—Entonces... Sobre la invitación es más que una salida, es una cita...

—Me imagino, como una pareja... Somos eso ¿verdad?

Por alguna razón le dio cierta ternura ver un poco de duda de los ojos de Kita.

—Si tú quieres que seamos pareja por mi más que bien.

Kita le mostró una leve sonrisa ante su respuesta.

En serio, nada en este mundo podría superar alguna de las sonrisas de Kita.

Todas y cada una de ellas son sumamente especiales.

—Si, somos... Novios. —Completó Kita con cierta alegría en su voz.

—Simplemente estas feliz ¿No es así?

Para Aran los nervios estaban allí todavía, mientras que con Kita la situación era salir de compras con Aran.

Tal cual como cualquier y otro simple día.

Solo que de regreso a casa estaban tomados de la mano.



Para mi ellos son como una pareja tierna de ancianos.

Sin nada más que decir...

Nos leemos ❤️

MinefieldsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora