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La primera vez que bailaron juntos fue bajo las luces de los fuegos artificiales

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La primera vez que bailaron juntos fue bajo las luces de los fuegos artificiales.

Sí, sumamente romántico para cualquiera ¿No?

El típico ambiente tranquilo, las luces del festival, la alegría de las personas, el delicioso olor de la comida, los juegos que se veían en la tiendas, el hecho de que todos sus compañeros andaban en kimono y por eso Kita andaba en Kimono.

Uno con detalles grises y plateados cabe destacar.

Pasear por el festival juntos y hablar de cualquier cosa mientras veían los fuego artificiales en algún lugar lejano del ojo público, todo era extremadamente perfecto.

Esa era la velada deseada de Aran.

Solamente debe obviar la parte en donde prácticamente tenían que escapar de sus amigos y de sus Kohai para tener aunque sea un momento a solas.

A Kita realmente no le molestaba tanto la situación, más bien él lo veía como una especie de compartir con sus amigos, pero en serio Aran quería tener su momento a solas con su novio.

Casi siempre la atención de Kita era acaparada por las payasadas de los gemelos, aunque incluso el propio Aran se distraía con los Miya.

Tenía que estar pendiente de ese par, son capaces de realizar una catástrofe juntos sin si quiera proponérselo.

Además, si le agregas a Suna, quien es el que graba cada una de sus desgracias, a Gin que es otro idiota que le gusta la destrucción y al pobre de Heisuke que es arrastrado por esa energía caótica tenemos un resultado un posible candidato a fin del mundo.

Así que sí, Aran debía estar al tanto de los gemelos Miya.

Kita simplemente sonreía y hablaba con tranquilidad con Omimi y Akagi, mientras Aran a veces tenía que perseguir a los gemelos en sus absurdas competencias.

—¡Ya! En serio, pero Aran-kun ¿No conseguiste algún contrato o algo por el estilo? —decía Atsumu alrededor de Aran.

—De seguro fue más de uno —se metió Osamu a su otro lado.

Los gemelos ya se calmaron, pero ahora el problema era que competían por su atención.

Con el paso del tiempo Aran se dio cuenta que su atención también era valiosa para los gemelos, por ende si le prestaba más atención a uno el otro enseguida iría a preguntarle cualquier cosa.

Desde los ocho han sido así, los gemelos Miya le enseñaron realmente lo que es la paciencia.

Nadie en este mundo tiene más paciencia que él, tal vez Kita, pero Kita es prácticamente un santo.

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