Minefields

VI

Que Kita se quedase a dormir en su casa no era muy común.

Ocurría en algunas ocasiones, era cuando se tardaban por haber estudiado y era mejor para él quedarse a dormir que ir por las calles solitarias y vacías a su casa.

Además de que la casa de Kita es bastante lejana, es cierto que viven en la misma dirección; pero las casas no quedan para nada cerca.

No era común que se quedase a dormir, pero podía llegar a pasar.

Sin embargo, ahora eran pareja y no sabía que hacer con eso.

Se sentía nervioso.

—¿Pasa algo? —Preguntó su novio que acomodaba el futón.

—¿Eh? Nada. No te preocupes, solo estaba pensando en el examen. —Decidió responder.

Pero los ojos de Kita no le creyeron en lo absoluto.

Esa era la desventaja de salir con alguien como Kita Shinsuke, demasiado analítico hasta llegar a cierto punto de ser fríamente calculador.

Kita es muy directo, incluso para su propia conveniencia.

—No estes nervioso. Practicamos todas las ecuaciones y vectores posibles para salir bien; además de que tus clases estaban muy bien anotadas, no creo que salgas mal.

—No lo estoy. —Negó Aran.

Si lo estaba, pero no era exactamente por el examen de matemáticas que tendría mañana, de eso se podría preocupar después.

—¿Entonces qué pasa? Desde que tu madre comentó que lo mejor sería que me quedara a dormir has estado inusualmente inquieto. — Observó Kita.

En realidad no sabía si se estaba quejando o solamente estaba hablando de manera objetiva.

Kita podía ver y entender muchas cosas prácticas, pero algunas veces fallaba en lo sentimental.

Especialmente en los románticos porque es algo que él tampoco ha experimentado y Aran duda bastante en que si le ha preguntado a su hermana mayor o a su abuela.

Más bien todavía le sorprende el hecho de que lo haya aceptado como pareja, siempre pensó que Kita era esa clase de persona que seguía los reglamentos al pie de la letra.

Que todo lo que le decían usualmente era lo que debía hacer, su novio siempre ha sido esa clase de persona que sigue más que todo la lógica que el corazón.

Siempre va a escuchar la razón antes que su corazón.

Aunque en algunas ocasiones eso le preocupaba a Aran, muchas veces el instinto puede superar los hechos.

A veces a Aran le preocupaba que las emociones de Kita llegasen a ser opacabas por su pensamiento racional y frío; no lo decía en voz alta era porque por más surrealista que fuese la situación su novio casi siempre llegaba a tener la razón.

Tal vez por eso no llegan a pelear o a discutir.

Muy distinto a las veces que Akagi se quejaba de alguna chica con la que salía.

—No es nada —Aran se acercó al interruptor de la Luz— ¿Ya está todo listo?

—Sí, lo mejor es acostarse temprano para no tener inconvenientes mañana.

Kita ya estaba acostado en el lugar donde iba a dormir y observaba tranquilamente a Aran.

Este simplemente apagó la luz.

Cuando llego a su cama dijo:

—Hey... Buenas noches.

Kita le mostró una pequeña sonrisa.