Prólogo

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Hola, soy Madison Eckmann y he vuelto.

Después de tres años.

Uno de ellos totalmente desperdiciado hasta que superé a Scott Lang, un hombre con el que no tuve ninguna interacción romántica.

Nunca pensé que nos volveríamos a encontrar.

Pero la vida da muchas vueltas, ¿no?

...

..

.

Madison comprendió que no podía depender de un hombre y aún menos comportarse como lo había hecho. Ella ya había tenido novio anteriormente, pero gracias a Scott supo lo que era estar enamorada de verdad.

La vida dio un giro radical para ambos. Scott fue arrestado por violar los acuerdos de Sokovia, y ahora Madison se había centrado en las clases que ejercía en la universidad como profesora de estudios ingleses.

Había madurado mucho en esos dos años. Estaba segura de que necesitaba ese desengaño para despertar de la vida y ver que no todo era color de rosa. Cada vez que pensaba en la escena que le montó a su prima Beth en su apartamento en Milgrom, se le caía la cara de vergüenza.

Hablando de Beth, ahora era ella la que vivía en su casa e incluso compartían algunos gastos, ya que ella seguía estudiando su carrera de filosofía y gracias a las becas tenía un poco de dinero para invertir en las facturas.

De la vida sentimental de ambas... poco se podía decir. Ninguna quería salir con nadie, estaban centradas en sus estudios y trabajo, y no tenían demasiado tiempo para salir a tomar algo con algún chico o chica.

Y Madison se sentía más fría que nunca...

Por parte de Scott... ya sabemos lo que ocurrió. Hope cortó con él y Hank Pym lo tenía crucificado por utilizar su tecnología sin permiso, además de que la ley los estaba persiguiendo por su culpa.

Scott intentaba ser feliz, porque su naturaleza era alegre y tenía una hija que tenía que verlo fuerte. Pero estar encerrado en su casa, durante dos largos años sin poder salir, con tanto tiempo en el que pensar, lo estaba consumiendo, y odiaba dejar asuntos pendientes.

Hope y Hank.

Cassie.

Madison...

Para centrarse en otras cosas, tuvo la ingeniosa idea de montar su propia empresa de seguridad. Luís lo ayudó en todo lo que pudo junto a los chicos, ya que era uno de sus sueños después de que lo despidieran.

Scott se paseaba dentro de su gran casa en silencio, confeccionando una especie de circuito para entretener a Cassie, que venía de visita todo el fin de semana.

No entendía por qué había comprado una casa tan grande si no tenía con quién compartirla...

A parte de Luís, claro. Él siempre estaba.

Era justo. Se había comportado mal, había engañado a las personas a las que quería. Se había equivocado en cada una de sus decisiones.

Pero él no era así de malo...

¿Era esto lo que se merecía?

Zeus y Hera (Scott Lang y tú) [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora