Capítulo 6

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¡Perdón por la espera! No tenía tiempo para escribir esta historia, ya que mientras la escribo, me fijo en las escenas de la película. Disfrutad <3.

El laboratorio no estaba muy lejos de donde estaban ellos. Scott siguió a unas hormigas que los conducían hasta el edificio mientras que Madison miraba anonadada. La tecnología de Hank Pym era increíble. Admiraba su trabajo aunque ella no lo entendiera, ya que se le daban mejor los idiomas.

Llegaron al edificio y los cuatro se pusieron a dialogar para ver qué podían hacer.

—No tenemos mucho tiempo hasta que la ubicación de mamá cambie —le explicó Hope a su padre.

—Mi abuelo decía que si quieres hacer algo bien, haz una lista —Madison arrugó la cara con extrañeza cuando Scott dijo eso— uno, tomar el laboratorio, dos, tenemos que echar a Foster y a Fantasma, tres, luchar contra Fantasma.

—¿Eso no entraría en el paso dos? —Preguntó la rubia.

—Sí, tienes razón —se notaba que Scott estaba cansado— llamémoslo dos a, luchar contra Fantasma, y tenemos que asegurarnos de que el laboratorio esté crecido porque sino, vamos mal.

—Scott —le reprendió Hank— voy a sumergirme yo —Hope se puso en alerta— la única posibilidad que tenemos es que vosotros dos estéis aquí fuera, juntos, protegiendo el túnel. Déjame hacerlo, Hope, por favor.

—Creo que tiene razón.

Un silencio surgió entre los cuatro. Era una acción de amor y valentía, y Madison sonrió con una media sonrisa. Hank era un hombre honrado y valeroso que quería proteger a su familia. Le recordaba a su padre, que la quería tanto, y a Scott con Cassie.

Los cuatro miraron hacia la ventanilla de Hope. Una furgoneta se acababa de estacionar al lado de ellos y comprobaron que era Luís junto con... ¿¡Beth!?

—¡Wasaaa! —comenzó a gritar de manera burlona. A Beth casi le da un ataque cuando vio a su prima y salió corriendo de la furgoneta, yendo al lado de Scott y a pegarle guantazos.

—¿¡Qué haces!? —gritó mientras se protegía con los brazos. Beth tenía demasiada fuerza cuando se enfadaba.

—¡Corre Madison! ¡Salva tu vida! ¡Yo me encargo de este engendro!

—¡Para, para! —Madison salió de la furgoneta y Beth paró de pegarle a Scott, quien se sobaba la cara y los brazos de los golpes. Ambas primas se abrazaron y la morena casi se echa a llorar por la incertidumbre que había experimentado. Madison había estado desaparecida por más de veinticuatro horas...

—Dios mío, estás bien, menos mal...

—Sí, estoy perfectamente bien —la calmó, pasándole las manos por la espalda.

—Casi me saca un ojo —se quejó Scott bajo la mirada de Hope y Hank.

—Vámonos a la universidad a recoger tus cosas y luego a casa, tomemos un taxi.

Beth la tomó del brazo y se la empezó a llevar de allí. Madison y Scott se giraron para dirigirse una última mirada, que parecía ser el final para ambos, aunque no si ellos no querían...

—¡Un momento! —Hope las paró, bajándose de la furgoneta. Madison sintió un hilo de esperanza, tal vez le pediría que se quedara a ayudar a Scott— devuelve el guante.

—Ah, sí...

Se subió la manga de la sudadera y dejó ver el guante. Con la luz del sol, brillaba más. Se lo entregó a Hope sin problemas, y Hank estaba pensando en que ella, tal vez, aún quería ayudar. Hope no le preguntó ni le dio posibilidad. Pero así era mejor. No quería que esa chica se hiriese, ni tampoco meter a más gente en esto.

Zeus y Hera (Scott Lang y tú) [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora