Advertencia previa: Esta historia tratará una temática compleja —por ello es de contenido adulto—, en ningún caso recomendada para menores de edad ni para gente que sea demasiado sensible. Por favor, leed con responsabilidad.
Disclaimer: Black Clover y sus personajes pertenecen a Yūki Tabata.
—¿Estás segura de esto?
Yami, mientras miraba la puesta de sol, sacó un cigarro de su bolsillo. Se lo llevó a la boca, encendió el mechero y lo acercó, prendiéndolo en el instante. Le dio una calada sumamente larga y, después, exhaló todo el humo de una sola vez, ante la mirada de fastidio de Noelle, que, por muchos años que pasaran, nunca se acostumbraría al olor del tabaco.
Por una parte, lo detestaba, pero, por otra, era un olor que le daba remembranzas de hogar. Yami era la figura paternal más próxima que había tenido durante toda su vida. Sus hermanos siempre la habían tratado con odio, con indiferencia y, aunque mucho tiempo después descubrió que al menos Nozel lo hacía por un motivo justificado, las huellas de su pasado aún estaban presentes en su corazón.
Recordaba que le resultó extremadamente extraño que un Capitán de Orden la acogiera como miembro a sus quince años y sin siquiera hacer el examen de acceso. Aunque no fue tan agradable cuando se enteró de que la orden a la que iba a entrar era la que tenía fama de ser la peor de todo el reino. Por primera vez en muchas generaciones, una Silva no iba a pertenecer a las Águilas Plateadas, lo que significaba dotar a su historial de más deshonra aún.
La primera impresión que tuvo de Yami no fue de las mejores. Ni siquiera se podría decir que fuera buena. Le parecía un hombre rudo, violento, salvaje. Todo lo contrario a lo que ella y su herencia real significaban.
Con el tiempo, fue entendiendo que las apariencias normalmente nos juegan malas pasadas y que todo lo que había pensado sobre su capitán la primera vez que lo vio, se convertiría en humo, en fachada. Porque sí, Yami efectivamente era rudo, violento y salvaje —y, probablemente tenía mil millones de defectos más—, pero también le había dado el hogar que siempre había anhelado. La había protegido cuando lo necesitaba, se preocupaba por ella como si de su padre se tratara y le había dado la confianza que le faltaba para progresar y confiar en ella misma.
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Malditos
FanfictionTras un ataque ocurrido en una misión conjunta entre Charlotte y Yami, la Capitana de las Rosas Azules no volverá a ser la misma. Yami tendrá que encontrar la forma de aproximarse otra vez a ella mientras una nueva amenaza se cierne sobre el Reino d...