18

1.2K 97 28
                                    


A su consulta entro un joven extremadamente delgado y alto, estaba pálido y le temblaban las manos, como profesional tuvo que mantener la compostura pero comenzó a preocuparse ya que el chico no decía ni pío

-Buenas tardes, cuénteme que le sucede... Mmm, sr. Reid
-... Creo... Creo que estoy embarazado

Rápidamente miró la ficha médica y suspiro al darse cuenta de que el joven ya tenía 25 años, se veía muchísimo menor que su edad

Comenzó a hacerle las preguntas de rutina, preguntando síntomas, historial médico, entre otras cosas, mientras evaluaba al chico visualmente. Si algo había aprendido con los años en su profesión, era a fijarse detalladamente en sus pacientes, ya que estos suelen pasar por alto cosas que pueden ser vitales en un diagnóstico.

Primero vio uno, luego otro y después dos moretones más, manteniendo una expresión neutra le pidió al menor que se quitase la chaqueta para evaluar su peso y altura, ahí noto una clara marca de dientes en el cuello del chico, eso le impacto pero haciendo acopio de su profesionalismo mantuvo la calma y llamó a una enfermera para que tomará una muestra de sangre, pero se llevó otra sorpresa cuando el joven subió la manga de su camisa, más moretones y marcas de dientes resaltaba en su pálida piel, más a este parecía no importarle ni avergonzarse por ellas. El chico miraba su brazo pero era como si las marcas ni siquiera estuviesen ahí.

Alrededor de 30 minutos después ya tenía el resultado del examen, por el nivel hormonal del chico tenía entre 10 y 12 semanas de embarazo.

-Esto no puede estar pasando, ¿Que voy ha hacer ahora?

Vio cómo al menor le comenzaban a temblar las manos

-Si no se siente preparado existen muchas opciones, lo puedo derivar con un psicólogo y ayudar a encontrar asesoría legal, sobre todo por la mala situación en la que se encuentra, muchas personas sufren lo mismo que usted, no está solo- tenía que ayudar de alguna manera a este joven, nadie merecía ser maltratado

🔺🔻🔺🔻🔺🔻🔺🔻🔺🔻🔺

De que rayos hablaba el doctor, ¿asesoría legal? ¿psicólogo?
Qué divertido, el asustado por su trabajo y la reacción de su pareja y el doctor creyendo que era un niño desamparado.

Sabía que su complexión delgada no lo ayudaba a parecer un hombre que trabaja para la ley pero jamás creyó que el doctor  pensaría que no podía manejar la situación, llevaba años cuidando de sí mismo.
Gracias a eso se relajo lo suficiente como para dejar entrar a su señor

-¿Podría llamar a la persona que me acompaña, por favor?-le pregunto al doctor, este le miraba un tanto inseguro pero aún así se dirigió a la puerta

-¿Dónde está Spencer? ¿Porque no sale?

Se dio cuenta que se había equivocado al impedir que entrara con el, desde donde estaba sentado podía oír la aprensión en la voz del mayor

-¿Cuál es su relación con el paciente?

Uh? ¿Porque el doctor preguntaba eso?

-Soy jefe... y su pareja

Su corazón  se detuvo por unos segundos pensando que el mayor negaría su relación

-Váyase si no quiere que llame a la policía

Por un minuto no pudo reaccionar, su mente giraba buscando razones por las que un médico diría eso. Sabía que no se veía exactamente saludable y que estaba más delgado de lo que debería pero ¿realmente se veía tan mal?

-Si quiere llamarlos, hagalo. Solo quiero saber que le pasa a Spencer

Escucho como respondió su jefe con voz dura a la vez que entraba a la consulta, no pudo evitar levantarse y correr a abrazarlo, no era un comportamiento adecuado pero realmente necesitaba de la seguridad que el mayor le daba

AdicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora