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Como el maniático del control qué era, comenzó a organizar y decidir que es lo que haría.

Cuando estuvo seguro de que el menor dormía, se levantó de la cama y tomo su telefono, lo primero que hizo fue llamar a la oficina para avisar que ambos estarían ausentes al día siguiente dando la menor cantidad de detalles que pudo. Tras aguantar varios minutos de gritos por parte de Straus y ser obligado a prometer qué si había una emergencia se presentaría a trabajar, solamente él, porque no permitiría que su jefa obligara a  Spencera ir, colgó rápidamente para continuar con sus planes.

Con ayuda de internet, hizo una lista de las comidas qué usualmente soportaban las personas embarazadas, otra lista de alimentos y condimentos qué se debían evitar y finalmente una de todos los médicos en el área qué tuviesen experiencia en embarazos en hombres.

Una vez satisfecho con ello, bajo a preparar uno de los platos de la lista, cuando llego abajo vio unos papeles en el suelo y los recogió recordando que eran los que le entrego anteriormente la enfermera a su sub.
Dudo un momento antes de dejarlo sobre la mesa del comedor, tenía que ser paciente y dejar que Spence se los mostrará cuando se sienta preparado.

Preparo una simple sopa de fideos, suponiendo que al ser una comida ligera era más probable que el menor pudiese ingerirla sin terminar vomitando. Teniendo todo listo, subió a costarse al lado de su pareja a esperar que despertara.

Apenas se metió bajo las sábanas fue abrazado y sintió la humedad contra su piel

-Hey, ¿qué pasa? ¿Porque lloras?

-No estaba aquí, usted se fue - oyó la suave respuesta

-Shhh, tranquilo, solo fui a preparar la cena, ven levántate intenta comer un poco

-Vomitare

Notó la expresión de desagrado en el rostro del menor y por alguna razón le causó ternura, lo que provocó una sonrisa que poco a poco se fue contagiando en el otro.

-Si vomitas intentaremos con otra cosa ¿bien?

El chico solo asintió levantandose para ir rumbo a la cocina, pero el mayor no dejo que diera ni 3 pasos antes de colocarle una bata sobre los hombros y tomarlo de la mano

-No puedes andar desnudo por ahora, se pueden enfermar - el menor solo lo miro en silencio con una expresión indescifrable

Lo llevo con cuidado de la mano por las escaleras hasta la cocina, donde lo sentó mientras calentaba un poco de sopa

-Señor, yo puedo hacerlo

-No, solo se obediente y quedate ahí en lo que te sirvo de comer

Como se encontraba de espalda, no pudo ver como la cara del chico se llenaba de incredulidad poco a poco en ese momento

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