Extra #2

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Decir que estaba asustado era poco.

DoYoung estaba cagado hasta las patas.

Era de noche, por lo que las calles estaban practicamente vacías, recientemente había dejado a JungWoo en su casa ya que habían ido a jugar al arcade y ahora mismo estaba caminando solo por una avenida solitaria en la que no había mucha iluminación, 2/3 de los faroles estaban rotos o titilaban.

Cerró hasta el último botón de su chamarra y se metió las manos en los bolsillos de esta misma antes de apretar el paso hacia su casa, lo peor de todo era que no podía irse en autobús porque los Domingos no pasaban, jodida mierda. Pero esa no era la razón por la cuál tenía miedo, no temía estar caminando sólo por las calles malditamente solitarias de Seúl a escasas once de la noche, sino que había un hombre que lo había estado siguiendo desde hace ya dos cuadras, al principio pensó que tal vez sólo vayan en la misma dirección pero luego giró en una esquina para ver si se iba y al darse vuelta disimuladamente vio que él tambien había girado. Podria pensar que en verdad él quería ir para ese lado pero eso era demasiado positivismo de su parte.

Decidió volver a girar en esa esquina pero esta vez para el otro lado, su rumbo había cambiado completamente, ahora se dirigía hacia la casa del pelirrojo. Uno de sus pulmónes pareció pincharse del aire que le faltaba, el hombre había girado en su misma dirección, esto ya sería demasiada casualidad, DoYoung estaba seguro de que ese hombre lo seguía a propósito. Dio un brinco al escucharlo toser, parecía que se estaba ahogando, al girar disimuladamente otra vez logró ver que este acababa de lanzar un pucho a un charco de agua en el canterito de la calle, los cigarrillos le estaban arruinando los pulmones, a eso se debía su tos tan seca.

DoYoung no se atrevía a sacar su móvil y llamar a alguien, había visto en muchas peliculas que al momento de buscar el contacto terminaban con un pañuelo en la boca. Él prefería estar atento a los movimientos de aquel hombre de saco café hasta las rodillas, un gorro negro cubría su cara al igual que los anteojos de sol que llevaba puestos, era más que obvio.

DoYoung, date cuenta.

Por su mente pasó una escena en la cuál ese hombre terminaba secuestrandolo y vendiendolo en el mercado negro como una prostituta, era raro, pero en su mente tenía sentido.

La casa de TaeYong no quedaba cerca del arcade que digamos, ir de un lugar al otro y caminando era un largo camino, se estaba desesperando, ese hombre cada vez se acercaba más y más a él, en cualquier momento en vez de caminar rápido comenzaría a correr, cabe aclarar que aún no lo hacía porque si ese hombre sacaba una pistola terminaría peor que prostituido.

--Hey, chico --La voz entrecortada y seca de ese hombre llegó a sus oídos, se le puso la piel de gallina, no pensaba voltearse, así que siguió caminando haciendo como que no lo había escuchado-- Oye, se que me has escuchado --Volvió a toser sacandole otro brinco, ya está, se había delatado solo-- Sólo quiero hacerte una pregunta --DoYoung volteo más siguió dando pasos lentos hacia atrás. ¿Que quería preguntarle? ¿Si prefería ser noqueado de un golpe o con un pañuelo?-- Me he quedado sin cigarrillos --Le mostró la cajita blanca de estos, estaba vacía-- ¿Podrías indicarme en donde hay un kiosco para comorar más? Los que visité estaban cerrados --El pelinegro tragó saliva, ese hombre se estava acercando muy rápido a él, sentía que iba a desmayarse.

--Y-yo.. Hay uno por allá --Señaló hacia su costado, ahí en verdad había un kiosco abierto-- Sólo debe seguir de largo y girar a la izquierda.

--Mi memoria no funciona muy bien ¿Sabes? Si no es molestia te pediría que me acompañes --¿Cuando ese tipo había llegado a su lado? Sudor frío le recorría toda la jodida espalda, nunca había sentido tanto miedo, estaba sólo.

Panic Attack {YuMark}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora