Capitulo 6

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-Entonces tuviste un sueño, el cual Gilbert confirmo como algo verídico -ambos asentimos con la cabeza- que paso...en la vida real antes del accidente -estaba comenzando a frustrarme.

-No es tan difícil de comprender doctor Spencer -dije con un tono de obvia desesperación.

-Si lo es Anne, escucha, se que no lo sabes pero tú y Gilbert son muy importantes en este hospital -no estoy comprendiendo nada- el punto es que no eres cualquier paciente, eres Anne, una de las dueñas de esta institución junto con tu prometido Gilbert, el mejor doctor de Canadá, no puedo mentirles, porque ustedes saben lo que puede ocurrir en estos casos, Gilbert tu más que nadie sabe que..... -no lo dejó terminar.

- No me repitas las estadísticas por favor -se apagó, esa hermosa luz que transmitía se fue- ella puede ser la excepción... -volteo a verlo, sus ojos estaban brillosos debido a las lágrimas.

La habitación se hundió en un silencio sepulcral, pero mi conciencia solo gritaba más y más preguntas.

- Cómo es posible que no le den el mismo trato a todos los pacientes, eso... es...es....es una atrocidad, si ...eso -dije apuntando con mi dedo a ambos doctores, los cuales están más confundidos que nada.

Pero a Gilbert le brillaron los ojos, y esta vez había algo más en ellos.

- A lo que me refiero Anne, es que cuando somos doctores sabemos cuando alguien está a punto de morir, o en tu caso no hay posibilidad de recuperar algo que perdieron, sabemos las estadísticas y cuando se trata de nuestra familia, todo es aún más confuso. - mencionó con una media sonrisa, más parecida a una mueca.

- Oh, lo siento, es que ya sabes no sé nada - traté de ser cómica con el asunto pero creo que no funcionó.

Ambos hombres sólo se miraron y el doctor salió por la puerta.

Gilbert recargo sus brazos en una pequeña mesa y bajo su cabeza quedando a espaldas de mí.

Sé que estaba frustrado, igual que yo, digo, no es fácil que te avisen que la persona de la que estás enamorado de un día para otro no se acuerda de ti.
Así que lo comprendo, porque créanme cuando les digo lo horrible que es despertarte un día y no saber quién eres, o como luces, o si quiera tu nombre.

Ni siquiera he tenido la oportunidad de mirarme en un espejo, ¿qué pasa si soy horrible?

Salgo de mis pensamientos y me dirijo a Gilbert que sigue en la misma posición, paso mis brazos a su alrededor y los junto en su abdomen, lo abrazo fuerte.

El parece tensarse, no lo esperaba, separa sus manos y se endereza. Poso un beso en su espalda y recargo mi mejilla en ella cerrando los ojos, él se tensa más y toma mis manos.

-Gracias -digo en un susurro.

-No tienes nada que agradecer amor -acto seguido besa mis nudillos y se voltea quedando frente a frente.

-Lo lograremos -le digo mirándolo a los ojos- quiero conocerme, conocernos y conocer a todas esas personas que estaban aquí el día que desperté, quiero saber quién era, pero quiero que seas tú quien me lo cuente, me siento segura contigo. -el ríe ante eso.

-Lo dices tal vez porque soy la única persona a la que conoces -dice con nuestras manos entrelazadas.

- No, siente -dirijo una de sus manos a mi corazón- late cuando tú estás cerca, late lento porque estoy contigo y sé que estoy segura -él se queda observando su mano que posa en mi lado derecho y comienzan a salir lágrimas de sus ojos.

- ¿Cómo es que lo sabes? -pregunta en un sollozo y yo frunzo el ceño

-Saber qué?

-Esto lo hacías para tranquilizarme, todo el tiempo -por sus ojos aún salían lágrimas, pero esta vez me miraban.

-Eso es una buena señal, ¿no? - inquirí sonriendo y alzando una ceja.

-Lo es -dijo en un susurro dibujando una sonrisa en la comisura de sus labios.

- Podrías empezar ayudándome a verme - él se confunde- para ver mi reflejo, como luzco -él entiende y asiente, me suelta y va al otro extremo sacando algo del cajón.

- No sé como no lo pensé antes, lo siento cariño -me toma de la mano y me dirige a la cama, tomamos asiento y pone el espejo al frente mío.

Deja lucir claramente como luzco, mi cara está llena de pequeñas pecas, las cuales bajan hasta mi cuello, mis ojos son azules, mis labios pequeños, lindos y rosados, mi nariz también es pequeña, mi entrecejo está fruncido y sonrió ante eso, me gusta mi sonrisa.

- A mí también me gusta -susurra Gilbert en mi oído.

Doy un salto y volteo quedando frente a él, a una distancia muy corta, toma mi mejilla y la acaricia, mi corazón comienza a latir fuertemente y no soy capaz de moverme así que sonrió y tomo la mano con la cual acaricia mi mejilla para también acariciarla, él sonríe.

Y entonces acorta la distancia, el junta sus labios con los míos y yo me quedo inmóvil, me gusta la sensación, ambos abrimos los labios y nos damos acceso para seguir con tal acto.

Tomo con mi mano libre su mejilla y él posa su otra mano en mi cintura.

No sé que es esto, pero me gusta.

"Los besos pueden transmitir tantas cosas, desde tristeza y enfado hasta felicidad y lujuria. Pasión o deseo. Puedes besar a alguien y darte cuenta de que es lo que provoca en ti esa sensación, si tú corazón siente algo y late a la melodía del tacto, o no siente nada y ruega porque el momento sea acabado."
-Jou 🐑🌛

Awwwwww, ya se BESARONNNNN, que tiernos.
Cómo creen que Anne reaccione.

En fin, los amo y espero les haya gustado este capítulo, estoy trabajando en distintos capítulos, ténganme paciencia si no actualizo mucho.✨

Hasta la próxima solecitos 🌞💕
Y recuerden, son increíbles ✨

-Jou 🐑🌛

Como si fuera la primera vez (Anne & Gilbert)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora