Un mes, una semana sin recordar
Santorini.
El sol impactaba en mi piel ya un poco bronceada, el agua salada me llegaba debajo de las rodillas, mi cabeza reposaba en el hombro de Gilbert mientras mi mano derecha sostenía la cuerda del columpio en el que estábamos.
Nos movíamos a la par del mar.
Observamos la puesta de sol.
— Alaska, así me gustaría que se llamará nuestra hija si llegamos a tener una —hablo en un todo suave.
Volteamos a vernos por un momento, sonreímos y volvemos nuestra vista al mar.
— Asher —menciono— si es un niño que se llame así.
— Alaska y Asher Blythe —dice sonriendo— me encanta.
— Anne Blythe me gusta más —digo en tono de burla y el voltea a verme.
— Para eso faltan unos meses señorita Blythe —contesta con voz ronca.
— Deberíamos ir a las Vegas y hacerlo de una vez —propongo.
— Acepto —me sigue el juego, se levanta y me ofrece su mano.
— Lo haría pero las chicas me matarían —le tomo la mano poniéndome de pie.
— Y yo no pienso quedar viudo —enrrolla sus brazos en mi cintura y le rodeo el cuello.
— Eso pensé —lo atraigo hacia mí y lo beso como si no hubiese un mañana.
Hace una semana me detectaron una infección a un costado de mi matriz, esto se debió a qué no sacaron toda la placenta de mi bebé, infectó una pequeña parte.
Me sometieron a un tratamiento y hoy tuve que venir a confirmar que esté funcionando, o me quitarán la matriz y con ello me arrancaran la oportunidad de ser mamá.
Hace una semana Gilbert no duerme a mi lado, a penas y cruzamos palabra, se la pasa en su despacho trabajando, bebiendo e ignorándome.
Cuando estaba en el hospital entre sueños logré escuchar que se culpaba por lo sucedido, que ya no sabría cómo verme a los ojos después de que él me hizo los chequeos médicos, lo cierto es que yo no recuerdo haber sentido algún malestar.
— No está funcionando —masculla el doctor Spencer.
Mis ojos se llenan de lágrimas y bajo la mirada para ocultar mi cara de Gil que está a un lado mío.
— La infección ya no creció más, pero tampoco se a acabado, si sigues así en cinco días, tendré que aprobar la operación para que te retiren la matriz —me dice y yo solo niego con la cabeza.
Mi llanto se hace presente pero no levantó la mirada.
— Tiene que haber más —oigo a Gil con la voz entrecortada.
— Por favor Spencer —le imploro y siento la mirada de Gil posandose en mí— No me la quites, te lo ruego —digo y rompo el llanto.
— Si le aumentamos las dosis de medicamento —habla Gil desesperado— ¿Podría funcionar no?
— Es lo que iba a proponer, pero tendría que ser con dosis más fuertes.
— Lo que sea necesario —dice Gil.
— Es lo único que podemos hacer —Spencer se pone frente a mi y habla— Lo siento mucho —puedo notar la sinceridad en sus ojos, nos mira a ambos y sale de la habitación.
ESTÁS LEYENDO
Como si fuera la primera vez (Anne & Gilbert)
RomanceAnne Shirley Cutberth, vida perfecta, amigos perfectos, chica perfecta, novio perfecto, familia perfecta. Ningún rastro de tristeza, todo era felicidad. Era. Todo cambia en un solo segundo, su vida dio un giro de 360°, pero si ella estaba rodeada d...