novio de alquiler. | ¡mewgulf!

26.

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— Lo siento.

Mew se enderezó en su asiento, mirando hacia el doctor que estaba hablando con Gulf. 

El chico estaba de pie frente al hombre, con la boca temblando.

— No se pudo hacer nada. 

Mew dejó el café que sostenía a un lado, poniéndose de pie, caminando hacia Gulf que parecía a punto de derrumbarse, de quebrarse frente a él. 

— Sammy Kanawut falleció de un ataque al corazón.

— No...

La voz de Gulf era como un gimoteo lleno de dolor, como el aullido de un animal herido, pidiendo que alguien lo agarrara, lo sostuviera en sus brazos. 

— Lo lamentamos. 

El doctor se retiró con la enfermera, dejando a la pareja solos.

Gulf rompió a llorar a gritos y Mew lo tuvo que sostener en sus brazos, atrayéndolo a su pecho mientras el mundo parecía desmoronarse alrededor de ellos.

El llanto de GUlf rompía el corazón de Mew por completo, pero aún así lo atrajo contra sí, besándole el cabello, acariciándole la nuca.

— Está bien, Gulf, estoy contigo —le murmuró en voz baja, por sobre el desgarrador llanto de Gulf, cerrando sus ojos. 

🐼🐼🐼

Gulf llevaba acostado en la cama dos días, saliendo sólo para ir al baño y comer lo que le cocinaba Mew. 

El castaño suspiró, agotado, entrando al cuarto. Las cortinas estaban puestas, haciendo que el lugar se viera más deprimente y horrible que nunca.

Observó la cama con Gulf encima, dándole la espalda, acurrucado bajo las mantas, y pensó en la vez que hicieron el amor allí mismo. 

— Gun —le murmuró, sentándose al borde de la cama y acariciándole el hombro—, hay que ir al funeral de P'Sammy. 

Los hombros de Gulf se sacudieron debido al llanto, pero no se movió.

Se quedó un momento en silencio, dejando que el chico sollozara todo lo que quisiera. 

— Vamos, Gulf, a ella no le gustaría verte así —susurró con la voz temblando.

Gulf lloró con más fuerza.

— Quiero... Es-estar... solo... —balbuceó Gulf entre lágrimas, moviéndose lentamente para que Mew dejara de tocarlo. 

Mew mordió su labio inferior sin ponerse de pie. 

— Tua-eng...

— ¡No! —gritó Gulf con la voz destrozada—. ¡No... no lo en-entiendes! —el chico salió por debajo de las mantas, revelando su pálido rostro, sus mejillas ensartadas por las lágrimas—. ¡Solo! ¡Déjame solo, Mew! 

El rubio se puso de pie, sintiendo la paciencia agotándose, pero trató de controlarse para no sonar frío y duro.

— Estaré en el comedor —le dijo girándose.

Gulf gimió.

— ¡Vete! ¡Vete, Mew! —el aludido se quedó quieto—. ¡¿Sabes qué día es hoy?! ¡Hoy se cumplen los seis meses, Mew! ¡Fuera de mi vida! —rompió a llorar otra vez—. No sirvió de nada... Sammy murió igual...

— ¿De qué hablas? —la voz de Mew era heada. 

— De esta farsa —sollozó Gulf—, de todo esto. Necesitaba dinero para el tratamiento de Sammy, pero no sirvió... Venderme no sirvió...

 Mew se giró, pálido, roto. 

— ¿Mi mamá...? 

— ¡Dijo que le pagaría las quimioterapias si fingía ser tu maldito novio, pero no sirvió de nada, Sammy se fue y me quedé solo!

Mew retrocedió, sintiendo su garganta apretada, sus ojos escociendo.

 — Gulf...

— ¡No quiero verte, déjame solo, maldita sea! 

Mew obedeció.

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