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Gulf se dio cuenta de que Mew Suppasit le gustaba demasiado.

Y eso era un severo, grave problema que tenía que resolver si no quería salir herido.

Porque si esa relación era falsa, no iría a ningún lado, y si llegaba a querer a Mew, terminaría con el corazón roto y sin nadie que pudiera sostenerlo.

Pero había momentos donde a Gulf no le importaba eso. Había momentos donde a Gulf estaba dispuesto a terminar con el corazón roto, si eso significaba aprovechar cada segundo que le quedaba con Yoongi.

Como cuando Mew le sonrió por primera vez, sus ojos desapareciendo, mientras sus labios se estiraban en una amplia sonrisa luego de que Gulf hubiera hecho un comentario estúpido que ya no recordaba bien. La sonrisa de Mew era tan brillante que cualquiera se enamoraría al verla.

O también cuando estaban saliendo de la Facultad de Arquitetura, y alguien pasó a empujarlo, entonces Mew lo tomó de la cintura y de la mano para impedir un golpe. La forma en la que lo sostuvo, el hecho de que luego no soltara su mano y se diera tiempo de corroborar si estaba bien, hizo que algo se sintiera muy bonito en su interior. 

O cuando Mew lo besó por primera vez.

Los labios de Mew suaves. Eran cálidos. Eran amables. 

Mew obtuvo su primer beso, y Gulf estaba feliz de que su primer beso sea con Mew, aunque toda esa situación hubiera sido una farsa. Hoseok estaba dispuesto a darle todo a Mew si se lo pedía, aunque pareciera querer mantener las distancias.

Si Mew quería darle besos, Gulf le daría más besos.

Si Mew quería un pastelito de Gulf, Gulf le cocinaría todos los pastelitos del mundo.

Si Mew quería llevarlo a la cama, Gulf iría bien dispuesto.

Bueno, quizá protestaría un poco. Sólo poquito.  

Estaba perdida, locamente enamorado de Mew, y eso dolía. Dolía cuando Mew lo miraba a los ojo, cuando Mew le murmuraba algo algo al oído, cuando Mew le tomaba la mano, cuando Mew lo abrazaba de la cintura frente a todos. 

A veces rezaba que todo eso no sea una farsa. 

— Gulf, ¿cómo está tu hermana? —preguntó esa mañana la mamá de Mew, mientras su hijo iba a buscar su mochila. —

Sonrió de lado, jugueteando con la cajita donde llevaba sus pastelitos. Iba a contestar cuando Mew habló: 

— ¿Tienes una hermana? 

Estaba de pie bajo el marco de la puerta con el ceño fruncido, su reciente cabello rubio cayendo sobre sus ojos. 

A Gulf le encantaba rubio. Estaba seguro de que si su cabello estaba teñido hasta de su color verde moco se vería lindo. 

Tal vez no tanto, pero a Gulf le encantaría igual. 

Se encogió de hombros, quitándole importancia.

— Vamos, gatito — extendió su mano, tomándosela, y se despidieron de la mamá de Mew. —

Pero Mew seguía curioso. 

— Nunca me has hablado de ella. —protestó infantilmente. —

Y Gulf hizo lo necesario para herirlo, para alejarlo. 

— No es necesario que lo hagas. No le voy a presentar un novio falso. — respondió como si nada.—

Sin embargo, Gulf vio la rápida mirada herida de Mew, y quiso tomarlo en brazos, llenarle el rostro de besos, decirle que lo quería, que quería estar a su lado para siempre. 

Por supuesto que no lo hizo. Sólo siguió caminando mientras sentía que algo se rompía en su interior. 


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lamento no haber actualizado en tanto tiempo, pero realmente no había estado bien. 


novio de alquiler. | ¡mewgulf!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora