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Gulf se sentía como el peor amigo y novio falso del mundo. 

Le había dicho cosas a horribles a Gun por culpa de esos celos que le habían estado consumiendo, y no sólo eso, se puso celoso cuando no tuvo que serlo. Mew y Gun no estaban haciendo nada malo, y si incluso estuvieran en algo, ¿quién era él para impedirlo? No era novio de Mew como para reclamarle eso. Sólo era su falso novio, que aceptó aquel trabajo porque realmente lo necesitaba, y estaba tan desesperado que no le importaba venderse con tal de conseguir un poco más de dinero. 

¿En que estaba pensando? Por el amor de Dios, había enloquecido al ver a Gun sobre las piernas de Mew, abrazándolo como si nada. 

Pero verlo así, de esa forma, lo hizo pensar que Mew podía dejarlo antes de tiempo, antes de que pasaran los seis meses, y no quería eso. Quería disfrutar esos tres meses que le quedaban con el chico completamente, sin nadie que se metiera, para luego llorar por haberse ilusionado con algo que no tenía futuro, pero qué importaba. No importaba, no si esos meses fingía que Mew era suyo, sólo suyo. 

Se sentía demasiado miserable, demasiado triste para hacer algo más que llorar por lo ocurrido. Nunca antes actuó de forma tan celosa, de forma tan grosera, por un chico que le gustara.

Iban a tener que disculparse completamente con Gun por haberle dicho esas cosas tan horribles, por hacerlo llorar, al igual que con Mew. 

Si antes no alejó a Mew de él, ahora sí que lo debía haber hecho, y eso le rompía el corazón por completo. 

De pronto, alguien se sentó a su lado. 

Quiso levantar la vista para gritarle a esa persona que lo dejara llorar en paz, pero antes de poder hacerlo, Mew habló.

— A pesar de que el gesto que hagas con la boca significa que estás enojado, me parece adorable de alguna forma. 

Soltó una risotada entrecortada, tratando de controlarse, pero fallando miserablemente. 

Mew suspiró al notar que los hombros de Gulf se seguían sacudiendo, y con cuidado, deslizó sus brazos por la cintura del chico para darle un abrazo. 

Pero Gulf, todavía demasiado alterado, le golpeó el hombro. 

— No... ¡No qu-quiero tus... abrazos, infiel...! —chilló sin pensarlo.—

— ¡Mierda, Gulf, no puedo creer que me estés diciendo eso! —se quejó Mew, tomándolo de los brazos. —

— ¡¿Desde cu-cuando... estás con Gun?! —prosiguió, descontrolado.—

—¡No estoy con Gun, estoy contigo! —enmudeció ante las palabras del rubio.—  ¡Gulf, eres mi novio, ¿qué demonios te pasa?! 

Pero las palabras ya no salían de su boca ante lo que dijo Mew. El rubio puso una expresión fastidiosa.

— ¿Ahora te quedas callado? —Mew rodó los ojos.— Gulf, la razón por la que Gun y yo actuamos así, es porque me pidió ayuda para sacarle celos a su estúpido novio cara de rata, por nada más.

Gulf puso una expresión sorprendida, sin embargo, sus labios siguieron sellados. 

Mew soltó un suspiro, acercando a Gulf, bajando su voz. 

— Gulf. —murmuró tranquilo.—eres mi novio, no voy a serte infiel jamás. 

Gulf quiso decirle que eran novios falsos, pero antes de poder hacerlo, Mew le dio un beso suave en los labios y olvidó todo pensamiento. 

Porque los labios de Mew parecían ser mágicos y curar todo dolor y pena de su corazón.


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Espero que les haya gustado este corto capítulo. ¡Bonito domingo! 💖




novio de alquiler. | ¡mewgulf!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora