Alianza

Epílogo

Cuatro años después

-Estoy seguro que puedo caminar yo solito, Hoseok -reclamó fingiendo molestia.

El brazo del alfa se apretó un poco más a su alrededor. Jung le sonrió en disculpa, pero no se alejó.

Yoongi no podía mentirse a sí mismo y lo cierto era que en realidad le encantaba cuando su alfa lo sobreprotegía, aunque desde la perspectiva de muchos se comportaba más como un perro guardián. Desde que había quedado embarazado, el chico se había encargado de mimarlo, satisfacía todas sus necesidades y caprichos, no dejaba que moviera siquiera un dedo, y todo en conjunto podía terminar asfixiándolo de vez en cuando, sin embargo, su instinto se encargaba de hacerlo disfrutar toda la atención que recibía del contrario la mayor parte del tiempo.

-Hoseok respiraría por ti si pudiera -intervino Jimin rodando los ojos-. ¿Puedes dejar de ser un maldito exagerado y venir a ayudarme con esto? -se dirigió al león alfa mientras hacía un esfuerzo por arrastrar la parrilla sobre el pasto.

-Ayúdalo antes de que arruine el jardín -le ordenó el chita, quien sonrió ante el ceño fruncido de su pareja-. Serás más útil cargando la parrilla que tratando de ayudarme a caminar.

-Bien.

Min observó a su alfa acercarse a Jimin, con quien empezó a discutir en susurros poco disimulados, pero que el omega fácilmente ignoró por estar acostumbrado a sus peleas infantiles. Acortó el espacio que lo distanciaba de la silla blanca que formaba parte del pequeño comedor en el patio y se sentó lentamente, teniendo cuidado de que su panza de cuatro meses no chocara con la mesa. El embarazo de un cambiaformas guepardo duraba cinco meses y medio, por lo que su barriga para ese punto ya estaba bastante grande.

Ese día en especial se reunirían para celebrar el aniversario de la firma de su alianza con los tigres. Después de los sucesos con su padre, los líderes de ambas manadas no esperaron mucho tiempo para formalizar su unión, de manera que esta vez sí había documentos legales que lo evidenciaban ante el gobierno. Muchos se sorprendieron ante el hecho, ¿cómo era posible que de un día para otro los leones y los tigres se llevaran bien hasta el punto de aliarse? Y la verdad era que no lo sabían, pues se había acordado no anunciar públicamente lo que había sucedido con la manada de los guepardos, así que lo único nuevo fue el cambio de administración en la misma, cosa de la que aún se estaban encargando para asegurarse de depurar a todos los involucrados en el plan de Kwan.

Yoongi decidió que no quería pensar en ello por el momento, bastante estrés en el pasado le había traído ya, así que se dedicó a observar a los alfas que colocaban y prendían fuego en la parrilla mientras Namjoon salía de la casa con la comida en tazones y la dejaba en la mesa en espera a que los chicos la cocinaran.

Kim tomó asiento a su lado y comenzó a preguntar detalles de su embarazo; Hoseok a veces se molestaba con él porque creía que lo atosigaba, pero Min sabía que el ahora rubio beta sólo tenía una gran curiosidad difícil de controlar, así que respondía todas sus preguntas sintiendo oleadas de cariño hacia el contrario que abría sus ojos sorprendido con ciertos detalles que le contaba.

El ruido producido por un motor cortó su conversación, provocando que el omega sonriera emocionado y tratara de pararse, siendo detenido al instante por Jung.

-Tranquilo, Nam irá a recibirlos -hizo una seña hacia el mencionado que se levantó de inmediato y se fue en dirección a la puerta de la valla a un costado de la edificación.

Yoongi hizo un puchero pero no renegó, es que le costaría más trabajo levantarse que convencer al contrario.

Pronto, un apurado Seokjin ingresó al patio trasero desde la casa con bolsas de compras en ambas manos, seguido de Taehyung que iba de la mano con Hye y Jungkook tras ellos, que cargaba a Sugeol, su hijo. El pequeño de dos años chilló en cuanto lo vio y se estiró extendiendo sus brazos hacia él. Jeon se acercó a la mesa y dejó con sumo cuidado al pequeño en su regazo, no sin antes advertirle que debía ser cuidadoso.