Capítulo 6

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Jimin llevaba en su puesto cerca de tres meses, exactamente lo mismo que Hoseok como jefe alfa. El pelinaranja siempre supo que ocupar ese lugar sería algo complicado, pero vivirlo era aún más difícil. Ser la mano derecha del líder de los leones implicaba demasiado, mientras que Jung dirigía, Park debía encargarse que sus órdenes se cumplieran, y eso estaba acabando con su tiempo de descanso. Pocas veces dormía cuatro horas seguidas y desde la llegada del compañero de su mejor amigo, la tensión y el temor de que algo malo pasara lo consumían lentamente mientras se ocupaba de sus obligaciones con la manada.

La noche anterior, el alfa había estado leyendo los documentos de las alianzas que se crearon en anteriores administraciones y que ahora su líder tendría que renovar. Lidiar con el papeleo era lo que menos le gustaba de ser el beta de la manada, era demasiado aburrido y le costaba concentrarse. Entre distracciones que le obligaban a releer los párrafos más veces de las que podía contar con ambas manos y frustraciones por no entender del todo el lenguaje jurídico, se durmió.

Hasta que tocaron la puerta.

Como alguien acostumbrado a lo demandante de su puesto, en cuanto el ruido lo despertó, se levantó sin terminar siquiera de abrir los ojos y caminó hacia la entrada, tropezando por la oscuridad de la habitación. No estaba sorprendido de que alguien interrumpiera su sueño de esa manera, era así casi todos los días; sin embargo, no esperaba que fuera Kim quien estuviera tocando la puerta como si quisiera tirarla abajo.

—¿Namjoon? ¿Qué haces aquí?

—Tengo noticias —el contrario se talló el rostro con una mano en un gesto cargado de ansiedad—. Taehyung lo logró —dijo al tiempo que le entregaba a Jimin el teléfono celular que se le había asignado al omega castaño para recopilar la información que necesitaban.

Park lo tomó sorprendido.

Jamás subestimó al chico, pero realmente nunca esperó que lograra cumplir su misión tan rápido.

Hoseok le había prometido al líder de los guepardos regresar a su territorio para sellar la alianza en una semana y de eso ya habían pasado casi seis días, lo mismo que llevaba Yoongi en la manada de los leones. El tiempo se les estaba acabando y, como si el hermano de Min lo supiera, había cumplido con su parte dejándoles casi dos días de margen para investigar lo necesario que pusiera los planes de Kwan en peligro. Jimin pensó que era mejor aprovechar esa pequeña ventaja y empezar a movilizar al resto de su gente.

Sin esperar otra cosa por parte de Namjoon, tomó la radio que traía siempre consigo para dar una orden clara: —Organiza una reunión con el resto de los espías e investigadores, y llama al beta de los tigres, tienen que estar presentes en esa junta. Ahora mismo —terminó con un tono impaciente. Apresurado, entró a su habitación tomó su chaqueta y salió corriendo, chocando con el chico de cabellos morados que no se había movido de su lugar frente a la puerta.

El alfa lo miró confundido, pero lo que dijo el contrario después aclaró sus dudas.

—Tenemos otro problema —agregó Namjoon, asustando a Jimin. Su miedo de que algo malo iba a pasar se estaba cumpliendo, el tono que usó el chico frente a él le hizo temer por la integridad de Taehyung. Sin embargo, tenía que informar a Hoseok sobre lo que pasaba y no se podía quedar ahí a escuchar el resto o perderían más tiempo valioso.

—Sea lo que sea, tendrás que decirlo en la junta —le respondió—. Gracias por traerme la información. Ahora necesito que vayas directo con Minhyun y lo ayudes a reunir a quienes falten, llegaré con el líder y su compañero. Avísame en cuanto los tigres estén ahí.

—En seguida —respondió el contrario y se echó a correr por uno de los pasillos.

Mientras Jimin se dirigía a la habitación de Hoseok, rogó internamente porque las palabras de Kim no significaran que Kwan dañó a Taehyung o, de lo contrario, habría guerra.

AlianzaWhere stories live. Discover now