Capítulo 8

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Llegaron al territorio de los leones justo cuando el atardecer pintaba el cielo.

El camino había sido igual de silencioso que antes, aunque el ambiente había sido incluso más tenso con cada quien tratando de mantener a raya sus emociones y pensamientos. Finalmente, cuando Seokjin aparcó la camioneta, los primeros en bajar fueron Yoongi y Hoseok.

El alfa invitó al contrario a reunirse para idear un plan ahora que tenían nueva información, además de que tenía que reunirse con su gente que seguro ya había regresado de las manadas que habían investigado, sin embargo, el peliblanco declinó y decidió ir por su cuenta a la pradera para despejarse. Jung asintió para después darle un beso en la frente.

Min dio un paso atrás para irse, dijo un "adiós" en voz alta para despedirse del resto, se dio media y se alejó.

Se había vuelto una costumbre liberar a su animal cada vez que se sentía abrumado, salir al bosque sin temores, responsabilidades o preocupaciones. Era como volver a ser un niño que imaginaba volar. La pradera era grande, pero para un chita no era suficiente, aun así, no se arriesgaría a salir al bosque solo de nuevo, por lo que decidió que aunque esta vez no pudiera correr como quisiera, lo disfrutaría.

Afortunadamente, el lugar ya estaba vacío por lo que podría hacerlo de forma más libre. Se desnudó lo más rápido que pudo y cambió a su forma animal, un guepardo. Mirando una vez más el árbol por donde dejó su ropa tirada, se echó a correr.

Le dio la impresión de que la pradera era más pequeña de lo que parecía al recorrerla con grandes zancadas, sin embargo, igual ayudó para poder desalojar un poco de la tensión en su corazón.

El miedo que había sentido cuando descubrió lo que su padre había tramado por años era inexplicable. Por suerte no se había paralizado. Pero el hecho de que Kwan tuviera en su poder a Taehyung le asustaba todavía más. Su hermano por mucho tiempo fue su ancla a la tierra y seguía siendo una de las personas más importantes en su vida, no estaba seguro de poder manejar un mundo donde no estuviera él. Esa era la ventaja que tenía su padre sobre ellos.

Nadie quería permitir que hubiera una guerra o que el líder de los guepardos tomara el control, sin embargo, el que tuviera atrapado a Tae era algo que les detenía de acabar por la forma fácil con su padre. Lo sabía. Lo había visto reflejado en los ojos de Jungkook. Si algo grave pasaba con su hermano, sería el peor error de Min Kwan.

Yoongi estaba acostumbrado a mantener una tranquilidad ante malos momentos, y aunque esta vez la situación le rebasaba, había tratado de mantenerse fuerte para su alfa y aún más para el compañero de Taehyung. Sin embargo, mantener esa fachada le estaba cansando y se le hacía más difícil con Hoseok alrededor, quien parecía poder ver su alma entera. Ante él no podía fingir, tan sólo verlo al rostro era suficiente para que expusiera sus sentimientos sin darse si quiera cuenta. Le aliviaba que el león le comprendiera sin que tuviera que hablar sobre cómo se sentía, pero siendo sincero consigo mismo, le asustaba que el chico conociera hasta lo más profundo de su ser y que terminara por no gustarle, independientemente de sus instintos.

Terminó dando unas cinco o talvez siete vueltas, deteniéndose ante el pensamiento de que correr en círculos era estúpido.

Se acercó a un pequeño arroyo que se encontraba en el límite de la pradera para tomar agua, a pesar de no estar realmente sediento, y a paso lento se dirigió al lugar donde recordaba haber dejado sus pertenencias.

Cuando estuvo a unos cuantos metros de distancia, logró divisar a Jung recargado en el árbol, esperándolo.

—Creía que los chitas eran los cambia formas más rápidos —bromeó su alfa una vez que estuvo frente a él como una manera de levantar su ánimo, refiriéndose a la velocidad desganada con la que había caminado.

AlianzaWhere stories live. Discover now