—Lo quiero a él —repitió Hoseok en un susurro amenazante, harto de haberlo pedido ya varias veces y que su petición fuera negada por el alfa que estaba frente a él.
—No te puedo dar a Yoongi —gruñó Kwan, líder de los guepardos—. Él ya es parte de la alianza que pronto firmaré con los tigres —completó irritado por la actitud altanera del león. No le gustaba que le hablara de manera tan grosera siendo él quien llevaba más tiempo en el cargo de jefe de una manada que el mocoso que tenía adelante exigiéndole como si fuera su superior.
—¿Tu alianza con los tigres es más importante que la que tienes con los leones? —el contrario replicó en lo que pareció un rugido, sintiendo la ira acumularse en su interior que contrastaba con la expresión confundida que se hacía paso para plasmarse en su rostro.
Lo cierto era que por primera vez desde que su infancia había culminado, su león y su parte humana estaban en discordia; y eso le asustaba. Su animal le hacía sentir desde el fondo de su ser que había encontrado a compañero destinado, lo sabía, la sensación de desespero por ir y marcar a ese lindo omega pelinegro se lo confirmaba. Sin embargo, aunque le habían enseñado a confiar en sus instintos, nadie le habló sobre cómo debía reaccionar al encontrar a su pareja y no quería dañar al chico que se había mostrado tan jodidamente asustado cuando fue sacado a rastras del lugar por el otro omega. Jung estaba tratando con todas sus fuerzas de contener a su león, fallando un poco y mostrando en un desliz su temperamento.
—Hoseok —murmuró Jimin a su lado, dirigiéndole una mirada tranquilizadora como un intento de apaciguar la furia de su mejor amigo.
Fue suficiente esa mirada de su beta para recordarle las consecuencias si no se controlaba mejor. Si bien, para su manada la alianza con los chitas no era importante, había algo bastante relevante envuelto en esta situación: reputación. El gobierno no comprendería un conflicto entre manadas tan sólo por un omega, y eso sólo causaría problemas más graves.
Hoseok cambió su expresión a una seria, a pesar de que podía casi jurar sentir a su animal llorar, rogando. No podía perder la cabeza pues de algo estaba seguro, el hombre frente a él no cedería, al menos no de forma pacífica. El sólo pensamiento le produjo ganas de querer romper cada uno de sus huesos, lamentando profundamente no poder hacerlo.
Haciendo uso de toda su fuerza de voluntad, y aún con expresión imperturbable, dijo en un tono profundo: —Volveré en una semana a firmar los papeles.
Kwan sonrío con un toque triunfal que expresaba satisfacción, lo que le causó cierta gracia a Jimin, porque, vamos, ¿el hombre realmente creía que las cosas se quedarían así? Sólo había sido necesario mirar por un momento directo a los ojos de su líder para saber que el enojo en su interior aumentaba a cada segundo y que su mejor amigo no se quedaría de brazos cruzados. Era simple, el guepardo tan sólo había empezado algo que lamentaría de rodillas.
—Nos vemos hasta entonces —se despidió Min, alzando su mano hacia el joven para seguir el protocolo con ironía.
Dirigiéndole una última mirada de desprecio al otro jefe alfa, Hoseok salió de la habitación junto a su beta, y se retiró del territorio de los chitas con la promesa de que regresaría por él.
Él regresaría por su omega.
•••
El olor a nerviosismo en la habitación era tan fuerte que Taehyung tuvo el impulso de taparse la nariz con la mano.
Ya llevaba tal vez una hora tratando de tranquilizar a Yoongi sin conseguirlo realmente. Cada vez era más difícil darle palabras de aliento, no sabía lo que pasa con su hermano y tampoco lo que sería mejor para él escuchar.
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Alianza
FanfictionDurante años, las manadas de los guepardos y los leones han logrado mantener una fuerte alianza gracias a un acuerdo que establecieron sus antepasados. Yoongi se encontrará en un gran problema al descubrir que el líder de los leones es su compañero...