Se cree que todo empezó con la muerte del Rey de todos los piratas, pero no, fue mucho antes.
Roger rio, rio tan duro que su risa resonó en su debilitado corazón, por aquel que dejó plasmado su sueño en una piedra tan indestructible; como su volunta...
Los personajes no me pertenecen, si no al mangaka Eiichiro Oda.
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Año 1.512
14 años antes del comienzo de la era de la liberación.
Monkey D Luffy, corría tras su comida del día junto a su hermano. Quien se le había adelanto por varios árboles más adelante. El niño jadeo exhausto, mirando el rastro que había dejado el animal que huía de su enfurecido hermano, quien con bastante brutalidad había apuñalado al animal en repetidas ocasiones. El pequeño de 7 años y casi 8, miraba la sangre que había dejado su comida con una mueca, mueca que jamás le causó matar a un animal, el despellejaba y cocinaba a los animales, pero con la brutalidad que hace ya casi un año su hermano lo hacía, se causaba cierta inquietud en su joven corazón. Ace no era así, aunque siempre fue un bruto en la forma de hablar, o actuar a pesar de los intentos de Makino por amoldar sus modales, que iban mejorando, tras la muerte de su preciado hermano rubio, el pecoso había dejado de controlar sus puños y sus palabras hiriendo a Luffy muchas veces con estas, olvidando que era lo último que tenía.
El niño, despejó sus pensamientos para seguir a su hermano. Tras hallarlo Ace se jactó de su fuerza y hizo comentarios burlescos sobre lo débil que era la goma, cuya fruta amaba y que su hermano se había atrevido a menospreciar causando una riña.
Mas tarde en la noche, el pequeño Luffy volvió a sentir su típica hambre matutina. El ardor en su estómago, la incomodidad de su pecho y la sensación de vacío había sido aludido por el mismo niño a solo, hambre. Se deshizo del brazo posesivo de su hermano mayor y salió de la casa de los bandidos de la montaña, sumergiéndose entre los arboles del frondoso bosque, llegó a la orilla donde su hermano había jurado jamás morir como lo había hecho Sabo, aquel niño chimuelo que le arrebataron su libertad injustamente. Y hurgó en su bolsillo sacando un trozo de carne y empezó a mordisquearlo, saboreando el aire salado del mar, que salpicaba en esa colina en la que el se hallaba. Sin pensar en nada más que, ¿Qué se sentirá navegar por el mar? ¿Qué se sentirá sentir la brisa de esas impredecibles aguas golpearte el rostro advirtiéndote de una peligrosa, pero emocionante aventura? Luffy no lo sabia pero el mar había escuchado su plegaria, aquella en un murmullo somnoliento soltó.
"Ojalá Sabo y Ace, pudieran verme realizar mis aventuras con mis futuros nakamas"
Soñando y babeando, habló, y ellos escucharon.
"Él ha pedido un deseo"
"Un deseo ambicioso, incluso para un dios"
"¿Un rey egoísta, tal vez?"
"Cumplir su deseo, es cumplir el deseo de todos que lo esperan, para quitarle su sonrisa" "Aun es débil. Muy débil"
"Los tambores de la liberación aún no han sido tocados, ¿y ya deseas que el cante?" "Peligroso. Muy peligroso"
