Solo... Olvidalo.

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El frío del aire recorría el cuerpo de Kurapika haciendo que parará  por un momento. Su agresor por otro lado desapareció entre los caminos del campus dejándolo con un mal sabor de boca. <<¡Maldito mocoso!! >> recalcó mientras se mostraba agitado por esa pequeña carrera.

-¡Kurapika!, ¿estás bien? - preguntó Gon quién a duras penas había podido alcanzarlo mientras respiraba profundamente.

-Tenemos que buscarte un cambio de ropa, puedes enfermarte si sigues así de empapado.- terminó mostrando su preocupación al rubio que mantenía ese semblante molesto.

-Estoy bien; tranquilo.- respondió a la petición de Gon dejando  que sus piernas temblaban de frío.

-vas a resfriarte, acompañame a la enfermería. Tal vez puedan dejarnos esperar al menos hasta que tu ropa se seque. - comentó el pequeño pelinegro mientras cubria a su amigo con ese pequeño saco que apenas lograba cubrir la espalda de Kurapika.
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El día parecía por terminar. Algunos estudiantes aburridos decidían irse para descansar a excepción de Leorio quien mantenia su curso dando una pequeña vuelta por los alrededores.

Su mirada fue atrapada por el brillo del agua de aquella fuente que se encontraba frente a sus ojos y sin pensarlo detenidamente, se fue acercando más y más siguiendo un pequeño rastro de humedad encaminada a la misma, intrigandolo más.

Dentro del agua se encontraba un objeto que atrajo su atención dejándolo inquieto mientras que con cuidado, adentró su mano sacando lo que pareciera ser una billetera.

Sus ojos por lo tanto, rodeaban el lugar tratando de no ser atrapado por alguien que pasara por ahí inadvertido, dando entrada a su faceta curiosa que no dudaba en ver que contenía.

Una identificación oficial, con una pequeña foto del rubio con el cabello recogido apareció dejando que Leorio la apreciará por un instante.

Su mente aclaro las cosas por un segundo, recordándole a ese chico con el que se habia encontrado esta tarde, dibujandole una sonrisa mientras que su voz recitaba el nombre escrito en la tarjeta.

-Ku-ra-pi-ka... - pronunció mientras  repasaba una y otra vez los ojos del rubio plasmados en esa fotografía.

Leorio sacudió ese pequeño objeto quitando el exceso del agua  para después apurar el paso buscando al dueño.

Recorrio lugar tras lugar, preguntando a quien se le cruzará en su camino hasta dar con alguien quien resolvería su duda. Aquellos pasos dieron entrada al albino que pasaba junto a él.

-oye pequeño, ¿Has visto a este chico?.- preguntó el pelinegro mientras sostenía la identificación con la fotografía visible.

-Ja... ¿Ese tonto?, lo más seguro es qué se fue llorando a casa luego de caer a la fuente - dijo en tono burlon mientras llevaba sus manos tras la cabeza.

La duda del mayor no fue resuelta por completo pero sí se dio una idea de donde podría estar gracias a ese pequeño.

-Creo... Que se donde esta, ¡gracias por tu ayuda! - agradeció el pelinegro mientras se alejaba rápidamente agitando su mano al despedirse de él.
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Todos parecían haberse marchado hace un momento... Dejando a esos dos dentro de un pequeño cuarto de la enfermería en el edificio.

El pequeño miraba con detalle lo que se encontraba frente suyo.

-¡Gon, esto es ridículo! - resaltó Kurapika mientras se cubria con una manta de aquella camilla a su lado.

-tranquilo, solo iré afuera para que tu ropa se pueda secar.
Con el viento que hace ahora... no tardará mucho-  soltó una triste carcajada mientras cargaba en su brazo el uniforme del rubio que se encontraba con el rubor hasta el tope.

-Volveré en un momento, hasta ahora, tu trata de cubrirte para que no te resfries.- Gon salio por la puerta de la habitación tranquilamente mientras observaba el panorama por los cristales del edificio.

Con el rostro encendido, sus mejillas rojizas y su acelerado corazón dejaron en claro que pasaría más lento el tiempo para Kurapika quién cubria su cuerpo desnudo cerca de la ventana.

Sus ojos recorrían la inmensidad del lugar, sus manos sostenían con fuerza los extremos de esa manta que le regalaba ese reconfortante calor que alegro su sonrisa.

Prácticamente el sitio parecía estar solo; el rubio tras notar ese pequeño detalle miró más al fondo encontrando al pequeño Gon que extendió su ropa en las ramas de un árbol regresandole un pequeño pulgar en son de concluir su tarea.

Kurapika remarcó aún más su rubor al darse cuenta que su ropa interior estaba expuesta en el lugar... Aunque no pasaba nadie... la pena lo consumia por dentro esperando que el pequeño regresará lo más pronto posible.

Pero... La calma se marcho cuando la puerta comenzaba a abrirse. Todo parecía haberse acabado cuando Leorio cruzó la entrada exaltando la mirada del rubio que no aguanto más la situación escondiéndose tras las cortinas.

-¿hola?, ¿hay alguien aquí? - pregunto el pelinegro mientras recorría el lugar.

La expresión del rubio no fue más que para dejarlo paralizado. La manta que en ese momento lo cubría cayó repentinamente al suelo producto del viento arrasando por la ventana.

Aquella imagen... Leorio presintio su presencia girando en su dirección solo para encontrarse con algo de lo que no estaba preparado.

Su delgada figura, su piel clara y delicada, aquellos ojos brillantes reflejando el brillo del sol y el destellante cabello dorado no daba crédito a lo que el observaba.

La piel desnuda de quien yacía frente a él plantó algo que no lo dejó continuar; pronto y sin pensarlo sus piernas lo traicionaron mientras era arrastrado por el sentimiento más fuerte quemando su pecho librandolo de todo conocimiento.

-¡hey!, ¡oye, reacciona! - grito Kurapika completamente desahuciado agitando el cuerpo de Leorio tendido en el suelo.

-Vamos... ¡No me hagas esto! - soltó con desespero mientras trataba de no perder los estribos sin percatarse que aún estaba desnudo.

-¡Leorio! .... - resonó una dulce voz llamandolo por los pasillos del lugar alterando aún más al rubio que luchaba por mantenerse cuerdo.

-disculpame... - terminó mientras agarro aquella manta saliendo despavorido sin deseo alguno de volver, dejando al pobre pelinegro con la luz del sol sobre su pecho.










Continuará....















¡Ya es 14 de febrero!.
Les deseo un feliz dia de enamorados. Recuerden... Si no pica la barriga no es ahí y si pica vayan al doctor.

Es broma.

Un abrazo. Les deseo lo mejor ^o^🐶

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