Jerarquía de Clanes -Hiatus por bloqueo-

3# Nuevo en la jerarquía

Wei Ying ya se encontraba en su asiento en una de las primeras tres filas. Se mordía su dedo pulgar y miraba un pequeño reloj en su muñeca cada segundo que pasaba.

Faltaban quince minutos. Ya se veía al público alzar aullidos por sus apuestas. Miró la arena, ahora estaba tan limpia y calmada ya más tarde sería la pintura perfecta de una masacre vista sólo en pesadillas. Mordió sus labios y sus pies comenzaron a tocar el piso provocando un sonoro nerviosismo.

El zorro se quedaba en su mundo, seguro si seguía pensando, él moriría antes que su hermano.

—Silencio...—.

—¿Ah? — Wei Ying volteó su cabeza para ver quién se había atrevido a callarlo. Quedó cegado cuando vio una grandes astas y ojos mieles. Era un jodido ciervo, nunca había tenido la oportunidad de ver uno frente a frente. Sonrió divertido para sus adentros, fingiendo ser bueno dijo— ¿Qué he hecho para que me haga callar? ¡Ni siquiera he dicho una sola palabra! Ni una sola.

—Tus zapatos... son molestos.

—Oh... ¿Te molesta? entiendo, pararé —dijo sonriente.

De un salto se levantó de su asiento llegando a la banca de al lado de su nueva conversación. Vio como el otro se sorprendió por su repentina cercanía. Sonrió divertido— ¿Cuál es tu nombre, ciervo?

Él está sentado en primera fila, debe de ser pariente de uno de los gladiadores, pero era más que obvio quién es su familiar.

El ciervo se le quedó mirando, parecía que dudaba en contestar o querer levantarse sin responder.

—...Lan Zhan. Ciervo de la casa Lan.

Wei Ying comenzó a preguntarle otras cosas, sin recibir respuesta alguna, aun así insistiendo. Era bueno aquello, el zorro tenía la mejor forma de distraerse. Aunque, por parte de Lan Zhan que es de las personas que paran encerradas y saben poco del mundo, no tenía ni idea de quién era el zorro con lindos colmillos frente a él.

Los ciervos jóvenes nunca salen de Lan hasta su mayoría de edad, entrenan y muestran sus habilidades, andan con sus túnicas blancas y astas pulidas. Lan Zhan, siendo uno de los sucesores de su Clan tenía claro que debía presentarse y ver el acto de masacre en el que su hermano salió victorioso con anterioridad. Él no pudo evitar sentirse cómodo con un extraño tan elocuente.

Sonaron los megáfonos por todo el estadio nada sutiles, las colas de Wei Ying se esponjaron de un salto y se acomodó en su asiento apenado por su reacción.

—Buena suerte, A-Yin —murmuró suavemente y volvió a morder su labio inferior.

El presentador alargó sus palabras al nombrar cada nombre, comenzando "¡Lan Xichen, ganador de la batalla anterior, en el puesto uno de jerarquía apodado como Gladiador de desmesurada luz!"

Las personas vociferaban su entrada tan elegante, mostraba sus hermosas astas llenas de piedras blancas colgantes, su túnica sencilla y una gasa casi transparente que tapaba su rostro el cual Wei Ying pudo reconocer que era de material precioso que se conseguía en las afueras.

"¡Jin Guangyao, puesto dos de la jerarquía, apodado como Guerrero de Piedra de jade!"

Entrando siguió con los pavos reales. El clan Jin, tan exagerado a veces. Su entrada era estupenda, pero demasiado costosa. Jin Guangyao entró con sus plumas extendidas tocando ligero el suelo, provocando un sonido con las navajas de su cola. También traía con él una armadura dorada incrustada con joyas rojas y brillantes. Cada joya habrá costado una vida de esclavo.

"¡Nie MingJue, puesto tres de la jerarquía, apodado como Luchador de susurro brillante!"

Después las grandes bestias lobo. Nie Mingjue resaltaba por su mirada furiosa, era alguien al que se le podría temer no solo por su cara, sino por el mismo temperamento y fuerza. Además que portaban sus navajas como manos, en ellos no había nada excéntrico.

Wei Ying giró los ojos cuando vió al clan wen con su conjunto de hienas, cruzó sus piernas viendo a otros clanes entrar. Otra vez mordía sus labios, miró al ciervo a su lado que miraba atento a la arena, sonrió de nuevo.

"Jiang Wanyin, nuevo en la jerarquía"

Su atención fue tomada, veía a su hermano más grande y poderoso. Se veía más listo que nunca, su mirada, su tez, sus ojos.

Tanto el ciervo, el zorro y el público notó el gran aura que emanaba, sentían temor.