El orden de las cosas

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Estaba despierto, los rayos de sol iluminaban su rostro; estiró el cuerpo, rebosante de alegría y optimismo, de pronto se dio cuenta de la realidad, estaba en casa de Jinyoung y, más importante aún, durmiendo en el mismo lecho. Admiró el rostro del menor y deslizó la mano por las tersas mejillas, una sonrisa boba se gestó en él— Soy el jodido demonio más feliz del universo...— masculló, para luego depositar un beso en los belfos contrarios. El Gumiho, preso de la pereza, acomodó el cuerpo cerca del menor, posando su rostro en el delicioso cuello de Jinnie y se dejó embriagar por el adictivo aroma.

— Buenos días, bebé...— musitó el pelinegro, al ver a Jin abrir los hermosos orbes chocolate.

— Buenos días, Señor Im— expuso el castaño, sonrojado.

— Jaebeom o, mejor aún, amor, bebé, mi vida, cariño o cualquier apodo cariñoso— habló, dejando un beso en los belfos ajenos.

— Y-Yo...— Jin suspiró— ¿Tienes hambre? Prepararé algo delicioso...— dijo Jinnie, siendo detenido por los fuertes brazos del gumiho.

— Sólo quédate conmigo...— habló Lim. El hombre devoró los apetecibles labios del menor, como si su vida estuviera en juego.

— Espera, Jaebeommie...— el discurso fue callado por el CEO.

— Tengamos una cita ¿Sí?— enunció Lim, para ser atrapado en un fuerte abrazo.





Por un momento Jinyoung cerró los ojos, disfrutando la dulce fragancia de Lim. No tuvo explicación ante los sentimientos generados por el mayor, su intenso deseo de fundirse con él, para siempre, era incomprensible. Sin previo aviso quedó sumido en un profundo sueño; el escenario no le pareció desconocido, sin embargo, el miedo recorría por su estómago, definitivamente, aquellas imágenes resultaban importantes para él.



Jin vio a tres personas cerca de un lago; una mujer furibunda y de tono amenazante, frente a un Jaebeom que sostenía a un sujeto con fuerza. Sin explicación, aparente, sintió apretar su estómago, al mismo tiempo que se aproximó a la escena; los ojos del secretario desbordaron gruesas lágrimas por el rostro, apreciando lo que le pareció una cruel despedida.

Un hombre con el corazón fragmentado en mil pedazos...

- No puedo hacer que se quede, pero no vivo sin él...

- ¡¿Cómo te atreves?! No me importa que seas hijo de Sang-je.

- ¡Jinyoung!

- Jaebeom...

- Reencarna, por favor. Prometo que te encontraré, mi amor.

- Esperaré, mi amor, Lim Jaebeom...





¿Se habían conocido en otra vida? No era un buen entendedor de aquello, pero intuyó que algunas almas comparten caminos hasta la eternidad conocimiento, lo dedujo al presenciar su propia muerte. El corazón dolió como el infierno, el hombre junto al cuerpo gritó con fuerza, dolorosas lágrimas serpenteaban en el rostro de ¿Jaebeom? 

My Evil Boss // Bnior - JJPROJECTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora