Capítulo 4

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¿Que si ta vez iba a perder la dignidad? Si. ¿Me importaba? Por suerte no.

―¿Sabes que? No me pones nerviosa, me pones de todo menos eso. Ahora que lo escuchaste, dejame pasar.

No sé de donde saque tanta confianza pero lo hice, o al menos lo aparente.

Él me siguio mirando intensamente, bajando su vista a mis labios y pasar la lengua por los suyos lentamente.

―Ya somos dos, Sofía.

Lo hizo apropósito, la forma lenta en el que dijo mi nombre. Pero hizo algo que me sorprendio y, chucha, no voy a mentir, me gusto.

Con la mano que me acorralaba y estaba en la pared me tomo por el cuello pegandome aún más a la pared detrás mío, pero sin hacer daño alguno. La sensación que me inundó era agradable, demasiado agradable y no eran precisamente mariposas en el estómago.

Podia sentir nuestras respiraciones agitadas, nuestras miradas en los labios del otro, acercandonos cada vez mas, a tan solo un milímetro de distancia, ya podía sentir sus suaves labios sobre los míos, acariciandolos...

―¡Chiquillos! ¿alguien vio m...?

La Malu se quedo parada mirandonos sorprendida para luego subir y bajar las cejas rápidamente. El Vicho y yo nos separamos rápidamente, uno con la respiración más descontrolada que el otro.

―¡No! ¡Sigan noma! ¡Hagan como que nunca estuve aquí! ¡Yo no existo!

No Malu, no te vayas.

―No, no, yo ya me iba para arriba a... ―¿Que chucha digo?―. A cambiarme de ropa, si.

Mire de reojo al Vicho por última vez antes de casi salir corriendo escaleras arriba pasando por un lado a la Malu, y no es recién cuando entre a la pieza donde estaban los demás que me acordé que habían cámaras grabando.

―Mierda... ―Susurre, tapandome la mano con la boca.

―Wena Sofía ¿como estai por lo de ayer? ―Ese era el Ofir.

―Preferiría no hablar de eso ―Me aclare la garganta―. ¿Que estan haciendo?

―Estabamos de lo más bien hablando hasta que llegaste tú ―Dijo la Daniela.

―Ya Dani, no seai pesa' ―La regaño la Claudi.

―No pasa nada.

Claro que pasaba, pero prefería quedarme callada, no quería armar más drama.

Me sente al lado de la Vale en una esquina de la cama lo más alejada del resto,  aprovechando que algunos iban para abajo.

―Weona, necesito tu ayuda.

―¿Que paso? Me teni abandona' ―Me dijo poniendo un puchero.

―Pero si ayer estabamos hablando ―Solte una pequeña risa.

―Shh, ¡dejame hacer mi drama en paz! Pero cuéntame, ¿en que te ayudo?

―Es que...

Le expliqué con todo y detallea lo que paso con el Vicho abajo, y weon, estaba más sorprendida que yo.

―Siempre los shipee, pero ahora, weona, la tensión la voy a sentir hasta yo.

―¡Pero ayudame! Me pongo nerviosa cuando esta cerca y no sé como actuar ph.

―Se tú misma noma' lo vai a conquistar, de verdad.

―Y el premio para la mejor consejera es para... ¡Vale!

Hotel beach, Vicho Gonza. [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora