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Kilian

No sé cuánto tiempo me quedé observandolos hasta que de pronto ella me vió, pude ver qué su mirada se lleno de preocupación así que rápido se dirigió a Nicolás, el me miró y después ella se levantó para comenzar a caminar hacia mi con rapidez

Cuando ella llegó pude ver qué tenía los ojos rojos, lo que significa que no a dejado de llorar, ella se acomodo un mechón de cabello y se dirigió a mi con tristeza

-Kilian... ¿Que haces aquí?

-¿Podemos hablar?

Ella suspira

-¿Te parece si hablamos afuera?

Yo solo asenti y comenzamos a caminar hacia afuera

Al llegar a mi auto ella se quedó de pie esperando que dijera algo pero cuando lo iba a hacer Adrien se acercó a nosotros y se dirigió a Aina

-An tengo que irme ¿Kilian te puede llevar a casa?

Aina se encoge de hombros y yo le respondo a su hermano

-No te preocupes yo la llevo

-Bien pues ya me despedí en nombre de los tres así que pueden irse sin problema

El abraza a a su hermana y le susurra algo en el oído, ella le sonríe levemente para después subir a mi auto, Adrien me da palmadas en el hombro y comienza a reír

-Es tu oportunidad, no la desperdicies

Yo le agradezco, el se va y yo subo a mi auto

En el camino ninguno dice nada, quiero hablar con ella pero lo mejor será que lo haga cuando lleguemos a su casa

Minutos después ambos bajamos del auto, como siempre el padre de Aina no está y de cierta manera me hace sentir un poco aliviado

Aina comenzó a caminar hasta un árbol que estaba al lado de su casa, ella tenía los brazos cruzados y su mirada  estaba en el suelo, quería abrazarla y hacerla sentir bien pero sabía que tal vez ella me rechazaría

Ella se sentó de bajo del árbol, se abrazo a si misma y se quedó en silencio, yo me quedé de pie mirándola, no sabía por dónde empezar o que decir, estaba algo molesto con ella por qué en solo unas horas de haber terminado conmigo ya estaba con Nicolás, pero apesar de todo no quería perderla y mucho menos quería volver a herirla

Al ver el árbol recordé nuestro juego, entonces se me ocurrió volver a hacerlo, corte tres ramas secas y me senté frente a ella

Acerque las ramas hacia ella, sin pensarlo ella las tomo del otro extremo y comenzamos a contar en voz baja

-uno...
-dos...
-tres...

Ambos hicimos fuerza y las ramas se cortaron, tuve suerte ya que me tocó hacer dos preguntas y a ella solo una, Aina me miró y susurro

- Comienza tu primero

Yo suspiré y la mire a los ojos

-¿Te gusta Nicolás?

Ella agachó la mirada por un momento y eso me hizo entrar en pánico, ella regreso la mirada hacia mi y respondió

-Es un buen chico Kilian, en eso tenías razón

Mi corazón comienza a acelerarse y comienzo a pensar que esto no fue buena idea, decido no escuchar pero cuando estoy a punto de levantarme ella me sujeta de la mano y me mira muy molesta

-¿A dónde vas? ¿Querías jugar no?

-Si An pero no sé si me va gustar tu respuesta

Ella suspira estresada y se dirige a mi

¡Esa enana es mía! *En Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora