Capítulo 2

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Luego de logar que Lottie se calmara, no solo por su bien sino también por su bebé, decidieron preparar la comida para los demás.

Si, Lottie estaba embarazada de cinco meses. Y Harry la protegía como si fuera su hermana menor.

Se lo debía a Louis después de todo. No pudo cumplir su promesa de mantenerlo a salvo de su padre y nunca en la vida se lo iba a perdonar.

Luca, el padre del bebé había sido atrapado el mismo día que se había enterado que iba a ser papá. Lottie había pasado los primeros tres meses de su embarazo llorando y rogándole por favor a Harry que se metiera y lo salvará. Harry no podía hacer eso, muchas vidas estarían en riesgo y además no tenía idea de lo que había detrás del muro.

Lo único que había podido hacer es pedirle a Gemma y Alexandre, un genio informático que encontraron un día vagando por el bosque, que armaron aparatos los cuales le servirían para averiguar lo que escondían ahí dentro.

Solamente habían probado dos aparatos, uno no funcionó y el otro había sido mal programado haciendo que la seguridad que se encontraba en la entrada del muro los persiguiera por todo el bosque.

Gemma, su hermana mayor, estaba preparando un nuevo aparato pero ninguno sabia nada. No le había contado a nadie de su nuevo proyecto y nadie la quiere forzar a que lo haga.

Terminaron de cocinar justo a tiempo para cuando volvieron todos a la cabaña. Liam, Niall, Shawn, Alexandre, Tessa y Gemma.

Al principió habían sido solamente Lottie, Luca y Harry, cuando el rizado escapó de las bombas buscó desesperadamente a su novio, sin ningún éxito. Lo que encontró después de varios días fue a la hermana menor de esté, completamente golpeada y demasiado lastimada. Con ella estaba Luca, tomándole el pulso y viendo si podía hacer que abra los ojos.

Luca y Harry pudieron salvarla y curarle las heridas con lo que tenían, ya que no había insumos médicos en ningún lugar.
Buscaron un lugar seguro entre los tres y descubrieron la pequeña cabaña en la que viven ahora y lo bueno era que estaba muy bien escondida para que no se preocuparan de dormir con un ojo abierto.

Luego de unos meses, Harry se había topado con Liam, Niall y Shawn. Los cuatro habían llorado demasiado cuando se habían visto y Harry les preguntó si sabían algo de Louis, su madre o Gemma, ninguno sabía nada. Así como él no sabía nada de Zayn, Liam lloró aún más cuando le dijo que no tenía idea dónde estaba el moreno.

Unas semanas después, Gemma y Tessa habían atacado a Liam y Harry pensando que eran soldados. Gemma se soltó a llorar en el pecho de su hermano menor cuando lo reconoció y le dijo que a su madre, Anne, se la habían llevado y ella no había podido hacer nada. Harry lloró con ella.

Y hace siete meses había llegado Alexandre, todos vivían en la vieja cabaña que habían encontrado Luca, Lottie y el rizado.

Una vez terminaron de comer, todo el mundo ayudó a levantar la mesa y a lavar las cosas que se habían ensuciado. Gemma nuevamente subió a la planta alta trabajando en el aparato y los demás salían al pequeño jardín o dormían una siesta.

Harry se encontraba tirado en el césped mirando hacía el cielo tratando de no pensar en Louis para que sus ojos no se aguaran nuevamente.

Él no podía estar cerca de su bebé por culpa del maldito de su padre.

A Mark nunca le gustó que su hijo sea homosexual, mucho menos que tenga un novio y amigos homosexuales. Culpo a su madre, Leila, por darle tanto libertinaje y por ello la mató a sangre fría delante de su hija menor.

El rizado había recibido varias golpizas por Mark y siempre lo amenazó con hacer algo peor para poder separarlo de su hijo si esté no se separaba primero. Nunca pensó en que su amenazas podrían hacerse realidad y que estuviera tan mal de la cabeza para hacerle todo esto a Londres entero.

Cerró los ojos y decidió dormir una siesta al aire libre para poder despejarse un poco.
 

Louis salió de clases con un pensamiento definitivo. Le diría a su padre lo de sus sueños, necesitaba una explicación y creía que su padre lo tenía.

Se fue del instituto sin avisarle a su amigo a donde se dirigía, ya que no lo había visto en los recesos, tal vez habían cancelado alguna de sus clases y se había ido temprano a la habitación o a su pequeño Spa.

Camino hasta el edificio donde se encontraba siempre su papá, no quedaba muy lejos y en menos de treinta minutos se encontraba entrando en esté.

Lo recibió una pintura de su madre en una de las paredes y la miró con una sonrisa triste.

Su madre había muerto cuando el tenia diez años de edad, la recordaba poco y nada la verdad. Pero la necesitaba a su lado con el alma.

Se secó una lágrima que bajó por su mejilla girando la cabeza para mirar a la secretaria de Mark. Anne le sonrió en cuanto lo vio y le dijo que podía subir sin problemas, su padre no tenía reuniones importantes hoy. Le agradeció con una sonrisa y subió al ascensor tocando el botón para subir al último piso.

Suspiró una vez las puertas se cerraron dándose la vuelta para poder verse en el espejo que se encontraba a sus espaldas.

Sonó un timbre, avisando que ya había llegado al piso marcado. Forzó una sonrisa y salió en busca de su padre con la mirada.

Lo vio en su oficina firmando unos papeles, a paso lento se acercó a la puerta y tocó suavemente. Escuchó la voz de su padre dándole permiso para entrar y Mark lo miró con sorpresa cuando entró.

-Hijo.. no te esperaba, hola. Siéntate ¿Qué sucede?- su voz era suave y Louis se obligó a calmarse mientras cerraba la puerta y se sentaba frente a Mark. Era su padre, no le haría nada y lo ayudaría en cualquier problema que tuviera.
Eran nervios innecesarios los que sentía.

Carraspeó antes de hablar, su voz saliendo algo temblorosa y jugaba con sus manos de manera rápida sin mirar a la cara a su padre.

-Tengo que decirte algo importante…-
Mark se removió incómodo sacando un aparato de su cajón sin que Louis se diera cuenta, ya que no lo miraba.

-Dime, sabes que puedes confiar en mí- sonrió sin mostrar sus dientes cuando Louis finalmente levantó su cabeza y lo miró.

-Hace unos días vengo teniendo sueños raros- mintió, no eran hace unos días. Venia teniendo esos sueños hace dos putos años. -Sueño con un chico de rizos y ojos verdes papá, no se quien es. Nunca lo he visto en mi vida, pero cada vez que despierto siento algo en mi pecho que no puedo explicar- Louis estaba a punto de llorar de nuevo, era horrible la sensación que le dejaban los sueños, como si le faltara algo.. o alguién.

Mark se quedó unos minutos en silencio y luego sacó una fotografía de su cajón, se la mostró a su hijo y éste abrió los ojos en grandes arrebatándosela.

-Es él- murmuró bajo, era el mismo joven con el que soñaba, solo que en esta foto tenía los rizos un poco más cortos y sonreía mostrando sus perfectos dientes. Louis acarició la foto sintiendo un calor agradable en el cuerpo.

Su padre se había levantado de su asiento mirando a través de su ventana indicándole a su doctor se confianza que venga, luego se colocó detrás de Louis con el aparato listo para usar.

-Tranquilo hijo, no es nadie importante, solamente un bastardo que arruinó tu vida- dijo entre dientes apuntando hacia el cuello de su hijo con la máquina pequeña.

-¿De que… es Harry. ¿Dónde está Harry papá? ¿Qué le hicieron? Lo quiero ver. ¡QUIERO VER A HARRY!  ¡¡HARR…- su padre le había dado con el aparato en el lugar justo para poder desmayarlo y lo atrapó rápidamente antes de que cayera al suelo.

Louis había despertado de nuevo y había comenzado a llorar llamando a ese bastardo.

Mark no iba a dejar esto así, no iba a permitir que después de dos años se fuera todo por la basura. Tenía que encontrar a ese desgraciado y matarlo él mismo.

Pero primero tenía que ocuparse de su hijo, volver a resetear su cerebro e instalar nuevos recuerdos que definitivamente no le iban a gustar.

Todo sea por mantenerlo lejos de Styles.

Espero que ahora la historia vaya tomando algo de sentido y si no es así.. pues esperen a los otros capítulos ah
Les amo, gracias por leer

In Another Life |LS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora