Capítulo 9- Parte dos

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Harry miraba a la rubia dormir plácidamente después del gran susto que le había hecho pegar a todos. El rizado acariciaba su vientre abultado mientras cerraba fuertemente los ojos negando a sus lágrimas el paso para salir.

Tessa había revisado al bebé de Lottie con un ecógrafo que había encontrado Liam en una de sus tantas vueltas en la ciudad abandonada. Había llegado sudado y bastante agitado por haber corrido con el pesado aparato, se lo había mostrado a Lottie con una sonrisa enorme de dientes perfectos y grandes arrugas en sus ojos. Sin duda eres un Ángel amigo, pensó Harry.

Por suerte el bebé solo había pateado algo fuerte por el estrés que estaba recibiendo la rubia en ese momento. Era su manera de decirle que se calme o las cosas podrían salir mal. Tessa le había recomendado que se quedara acostada la mayor parte del tiempo, el correr más el estrés del momento podrían haber provocado un parto prematuro y era verdaderamente malo.

No podían darle sedantes ya que no contaban con esos recursos pero Harry le había cantado una de las canciones de la banda, Little Things, y tanto Lottie como el bebé se calmaron con su voz ronca y lenta.

-¿Cómo va eso?- preguntó Tessa cuando terminó de subir las escaleras y los visualizó.

-Bien, creo… sigue dormida y no se ha quejado entre sueños. Él bebé tampoco pataleo de nuevo así que la tranquilidad les hizo bien.

-Es increíble como los calmaste a ambos con tu voz, que por cierto cantas muy bien- la morocha le sonrió alegre pero Harry no pudo devolvérsela -Ey… no te preocupes, vamos a estar bien, vamos a poder sacar a Liam y a todos los demás del otro lado del muro- le tomó la mano que no tenia en el vientre de Lottie y le dio un pequeño apretón.

Harry tiró suavemente de la chica y la abrazó estando sentado, dejando su cabeza sobre el vientre plano de Tessa.

Esta sonrió suavemente por la acción y le acarició los rulos desordenados mientras Harry solo respiraba lentamente, estando un poco más calmo por las caricias.

Liam abrió suavemente los ojos y se encontró en una pequeña habitación con las paredes cristalinas de plástico. Movió su cabeza para poder ver alrededor y fuera de está vio tres mujeres grandes de edad tecleando en unos ordenadores, unas pequeñas puertas de ascensor y una especie de oficina de su lado derecho que tenían las mismas paredes.
Lo habían dejado dormir toda la tarde mientras armaban sus nuevos recuerdos, aún no estaban listos pero Mark lo quería despierto para poder sacarle información.

Alguién dentro de la habitación carraspeó y Liam miró al hombre pelirrojo que estaba a su izquierda con una bata blanca que le tapaba todo el cuerpo.

-Payne despertó- fue lo único que murmuró a un aparato cuadrado un poco diminuto. Liam intentó levantar su brazo para poder pegarle al que suponía era un doctor pero no podía mover sus otras partes del cuerpo solamente la cabeza, miró a su muñeca y en esta tenia un tipo de grillete que salía de la camilla. Pero no era eso lo que le impedía el movimiento, simplemente estaba paralizado.

El doctor a su izquierda río entre dientes y Liam volvió a mirarlo -Estas paralizado muchacho, no intentes mucho- Si, gracias por el consejo. No me había dado cuenta grandísimo hijo de puta -Mark esta por llegar para hablar contigo- Liam se tensó cuando escuchó ese nombre , antes de que dijera algo el mismísimo diablo entró por la puerta y lo miró con sorna.

-Liam Payne… que gusto vernos de nuevo, siento que pasaron años desde que no nos vemos- Mark sonreía mostrando sus dientes mientras Liam solo apretaba la mandíbula -Creí que contestarían mi pequeña invitación para venir de este lado del muro y cuando pasaron las semanas realmente me puse triste por que no me dieron ninguna señal -hizo un pequeño puchero que se borró rápidamente siendo reemplazado por una carcajada -¡Pero veo que uno de ustedes quería hacer una entrada triunfal! ¿Querías entrar inconsciente por uno de mis hombres? Lo lograste querido Payne- se acercó al rostro del castaño mientras seguía sonriendo y Liam lo único que pudo hacer fue escupirlo, logando que Mark encajara su codo en su estómago dejándolo sin respiración más no le dolió, ya que no sentía el cuerpo -No seas rebelde hijo mío, no vas a querer que Malik pagué por tus actos de rebeldía.

In Another Life |LS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora