CAPÍTULO I

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Descendió de su convertible clásico negro, saludó al valet otorgándole la llave, se arregló el traje Gucci entallado a su vigoroso cuerpo, el cual llevaba puesto todo el día, y caminó con la altivez que siempre lo caracterizaba hasta llegar al umbral del Hotel Dorchester.

Necesitaba un respiro, el estrés extenuante de poseer magnánimas empresas lo tenía irritado, la junta con los accionistas enervantes había durado más de lo estimado, necesitaba relajarse.

Pero al momento de ingresar escuchó su nombre tomándolo por sorpresa.

—¡Harry!— Viró sobre su eje encontrándose con Nick Grimshaw, el insoportable mejor amigo de su exesposa.

El oji verde hizo una mueca de disgusto, no era de su agrado toparse con ese personaje que acarreaba problemas.

—Nick... —El nombre salió de sus labios de forma despectiva, sus hombros cayeron contemplando al hombre con notable hastío.

Desde que Camille los presentó no fue de su agrado. Por su personalidad entrometida, detestable y arrogante, Nick pensaba que sus peticiones eran órdenes. Creía que por ser parte de la monarquía todos le debían obediencia y respeto.

Pues Harry también pertenecía a ese círculo y no por eso andaba por la vida de presuntuoso.

El respeto uno se lo ganaba.

—Pero que no te dé tanto gusto el verme, hombre—dijo con sorna acercándose para abrazarlo y posterior, darle un sonoro beso en la mejilla.

Harry se quedó paralizado por un momento, apretando los puños a sus costados con vigor, odiaba ese tipo de afecto, y aún más viniendo de individuos como Nick.

No lo dejó ni abrir la boca cuando prosiguió con su parloteo.

—¡Pero qué guapo estás!, la verdad que Camille no te hacía justicia cuando eran esposos y hablaba de ti. Pero ahora que está con Henry habla maravillas de él y su nueva vida.— profirió tan cerca de él que tuvo que alejarse un poco, pero aun así el mayor siguió acariciando y apretando sus firmes brazos.

Harry se sentía cada vez más manoseado. La osadía de ese hombre era en su totalidad desmedida.

Tuvo que privarse de no darle un buen empellón, aunque en su mente ya lo estaba estrangulando. Por invadir su espacio personal, por mencionar a su exesposa y la maldita nueva vida que llevaba con quien sea que fuese ese tal Henry. La verdad, le valía un puto comino.

Ya no se iba a desgastar pensando como antes quién era el susodicho por el cual su esposa los había dejado.

Comprendió que el dar muchas vueltas a un mismo tema sería peor para su salud mental.

¿Pero no podía tener un minuto?, ¿ni un solo ápice de tranquilidad?, pensó Harry deshaciéndose del agarre fuerte de Nick.

—Sí, Nick. Qué gusto que me recuerdes a mi exesposa y la vida tan maravillosa que tiene después de abandonar a su esposo e hijo- manifestó palmeando la espalda del mayor tan fuerte que escuchó como emitía un gran "¡Auch!"—. Lo siento Nick, pero estoy apurado, alguien muy importante para mí me está esperando. Ya tú sabes, no solo Camille tiene a un hombre con quien pasar el rato.—Con esto último giró y dejó al hombre parado y algo desconcertado.

Nick se preguntó, <<¿Quién era ese hombre tan importante para el magnate?>>, y se sintió muy celoso por eso.

Y en realidad, nadie relevante lo esperaba. Qué ironía, ¿no? Ser alguien tan importante y a la vez tan solitario.

—¡Pero te quería invitar una copa!— refutó dando un pisotón en el suelo cuál niñato que hace una rabieta. Solo que Harry no le dio importancia y aceleró más el paso, no quería compartir nada con ese sujeto—. ¡Llámame!, ¡bueno, solo si tienes mi núme...!

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