CAPÍTULO X

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A Louis se le iluminó el rostro en el momento que Harry, el hombre se sus sueños abrio la puerta. Lo primero que vio fueron sus ojos glaucos y brillantes, su cabello despeinado, sus labios gordos, rojos y ligeramente hinchados.

No pudo evitar suspirar por la belleza que se le presentaba ante sus ojos.

—Louis...¿que haces aquí?—pregunto Harry sacándolo de su ensoñación.

Él Magnate se alarmo al ver al pequeño frente a él. Aún su invitado estaba esperandolo, y esperando que se acostará con él. Pero ahora se arrepentía de sus decisiones de haberlo traído, de haber metido a su habitación a un desconocido solo porque queria a como del lugar sacar de su cabeza a Louis.

Tenia que de una vez enterarse que eso era imposible y se le revolvió el estómago escucharlo hablar.

—Quería invitarte a cenar, solo si querías, pero si no puedes…

—¿Harry quién es…?—una voz interrumpió su conversación.

En ese instante a Louis se le cayo el alma a los pies y en su vientre se instalo un enorme vacío cuando miró tras Harry un chico rubio, alto, delgado y muy, muy hermoso. Se asomo recargando su mentón en el hombro del magnate y luego paso un brazo por encima y lo abrazo como si fuera su pareja.

Esa acción hizo que se le estrujara su pequeño y frágil corazón, pero el peor golpe invisible que recibió en la boca de su estomago fue cuando vio que en el cuello del chico habia un hematoma producto de un beso de amor, ese fue su fin.

Pensar que habia interrumpido ese momento, el momento en que ya estarían follandolo seguramente.

Asi que trago imposiblemente el nudo que se habia formado en su garganta sintiéndose más pequeño de lo normal.

Y por primera vez se sintio poca cosa, se sintió feo, se sintió como nada.

¿Era por eso que lo rechazo?, se cuestionó. Pues seguramente, porque Harry quería a alguien como ese rubio, alto y hermoso, no a un chiquillo, pequeño, tonto y que a demás, usaba ropa de mujer.

Que ridículo se sentía en ese momento.

—Lou lo siento, yo…

—No, no se preocupe señor Styles, con esto que vi ya me dio su respuesta a todo. Con permiso, no los interrumpo más.—se dio media vuelta tomando su bolso fuertemente hasta clavar las uñas en él. No le importó que se hiciera daño y se malograra su perfecta manicura color noche de bombón.

Quería guardar algo de dignidad.

Aunque se empezó a odiar por creer tontamente que le aceptaría una cita a él, a un adolecente insignificante.

Camino rápidamente conteniendo las lágrimas que se querían escapar de sus fanales indigos. A veces las cosas no salían como te lo imaginabas, tenía que ser siempre así y ultimamente no le salía nada bien y se sentía tan frustrado por ello.

Harry por otro lado quiso seguirlo, pero el pequeño ya se había perdido entre los pasillos del hotel. En ese momento se dijo que sus acciones eran de un completo imbécil. Liam ya se lo había advertido y no le hizo caso.

Sus decisiones le hicieron sentir un ser despreciable al ver la mirada del menor, al principio estaba tan ilusionado de pedirle una cita pero de un momento a otro sintio en el aire su decepción.

—Harry... ¿me escuchas?... ¿Seguimos con lo que empezamos?—el rubio se acerco seductoramente a querer besarlo pero Harry lo esquivó.

—No, sabes que, vete. No estoy de humor para nada.

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