CAPÍTULO XI

83 8 5
                                    

Harry estaba intranquilo, se preguntaba a cada instante el porque Louis no salía del baño, movía su rodilla continuamente y apretaba fervientemente su copa para calmar su preocupado corazón.

¿Y si la estaban pasando bien?, su mente dedujo y era porque días atras esos dos no podian quitarse las manos de encima; coqueteandose, besandose, tocandose.

Lo hacían como si de verdad fueran algo, como si se conocieran de toda la vida y no era así, no era así. Con esa idea carcomiendo su cabeza apretó su puño enterrandose las uñas en la palma de su mano.

-El aún no a tenido su primera vez. --susurro para si mismo. -¡Maldita sea!
-gritó dando un ligero golpe en la barra.

--¿Que pasa? - cuestionó la mujer que lo acompañaba aturdida por la acción del rizado.

-Nada que te importe, discúlpame, tengo que ir al baño. -manifestó tajante puesto que no quería darle ninguna explicación a quien sea que fuese.

Se levanto presuroso y fue de inmediato a los baños, cuando entro no los vio por ningún lado, iba a gritar el nombre del pequeño pero un sollozo lastimero acabó con su busqueda haciéndole hervir la sangre.

Fue rápidamente hacia el cubículo que estaba cerrado y golpeó la puerta con todas sus fuerzas.

-¡Abre la puerta maldito hijo de puta o juro que la tiraré y después te mataré! - gritó fuerte con la ira incandescente recorrer su sistema.

Al escuchar eso, Damiano, se detuvo. Y dejó al menor quien cayó al suelo en seco, cual objeto inanimado rompiéndose en el proceso.

Abrió el pestillo y sin esperar un instante Harry lo sostuvo por el cuello y tiro con todas sus fuerzas de él.

-Señor, ¿que esta haciendo? Solo nos estábamos divirtiendo, no entiendo porque él drama. - profirió inocentemente y Harry miró en el suelo al pequeño que se encontraba llorando y temblando con desesperación.

Examinó detenidamente su cuerpo él cual mostraba marcas y moretones en su cuello, brazos y piernas.

Su ira se desato cuando se percató que en él rostro del menor había sangre, en su pequeño rostro de Ángel.

-Empieza a rogar por tu vida porque voy a matarte.
-apreto los dientes. - Juro que te mataré ¡maldito hijo de puta! - escupió cerca de su rostro. -¡¿Que le hiciste?!
-apretó con saña su cuello y con una fuerza sobre humana lo empotro contra el cubiculo de al lado. Damiano solo pudo soltar un quejido de dolor.

El hecho de solo ver a Louis en ese estado lo dejo más que furioso, vehemente. En ese momento quería matar al que le hizo daño, matar a todos los que le hicieran daño.

- ¡No le hice nada!- exclamó desde el suelo. -Él fue quien me provocó.- hablo sin aliento y sin una pizca de remordimiento.
- Déjame o te denunció por agresión.

Eso fue todo para que Harry se descontrolara, así que lo tomó de la camisa y empezó a golpear a Damiano con todo el coraje y rabia que tenía.

No lo soltó, no hasta que no reconoció su rostro por la sangre que brotaba y la hinchazón que empezaba a desarrollar en su maldita estampa.

Lo dejó tirado en el suelo para ir con el pequeño, llegó y lo encontro con los ojos fuertemente cerrados y las manos en sus oídos. Así que rápidamente se puso a su altura.

Acaricio su delgado antebrazo hasta llegar a sus manos, Louis se asustó abriendo sus párpados con terror, terror que hizo a Harry preocuparse más.

En ese instante el castaño se calmó al ver a su salvador, a Harry, asi que se lanzó a su cuello para poder abrazarlo porque en ese momento era su salvavidas y solo se podía aferrar a quien sea que lo haya salvado.

Anhelo Prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora