La Enzima de la Libertad

Capítulo 17; La enfermedad

Mientras Katya se hallaba realizando el papeleo, para tener todos los registros en orden, sobre la tropa que comandaba, cuando revisaba, las formas de la 6° Unidad de caballería Ligera costeña, se dio cuenta que les faltaba una insignificante hoja, la forma de los exámenes médicos de los caballos de la unidad, así que buscando completar sus papeles, decidió un día por la tarde ir a hablar con Shaka, para que le diera esa hoja, y terminar el papeleo y los informes que debía concluir.

Cuando llegó a la oficina, que le tenía asignada a Shaka, se topó con una extraña sorpresa, estaba otro hombre, el lugarteniente del capitán, una persona de la cual, desconocía su nombre; al verlo extrañada le preguntó:

- ¿Por qué el capitán Shaka, no está en su puesto? –

- ¿No lo supo?, el capitán fue internado desde anoche, se le infectó una pierna, pero cualquier asunto que necesite tratar, estoy yo. -Respondió de forma serena aquel soldado.

Katya, sabiendo que, por la gravedad de la enfermedad de Shaka, iba a tener que tratar mucho tiempo, con el nuevo capitán de la unidad, decidió preguntarle su nombre:

- ¿Y usted es? –

- Menelik de Pueblo Seco, a sus órdenes coronela. –

- Bueno entonces, capitán Menelik, podría entregarme los certificados médicos de los caballos y yeguas de la unidad. – Respondió Katya, pues estaba más preocupada, en hacer sus pendientes, que en socializar.

- Me temo, que yo no sé dónde están, de hecho, hace poco, yo igual los estaba buscando, el único que puede saber dónde están, es el oficial veterinario de la unidad, si me da 30 grados, puedo ir hablar con él. –

- Entendido, pero ni una décima más, capitán Menelik, o su nombramiento, no será muy largo. –

Aunque Katya, podía parecer muy dura, la razón por la que le preocupaban tanto esos papeles, era por una enfermedad, que estaba diezmando a caballos y yeguas, en el centro del país, y sabiendo que esas unidades de caballería ligera eran sus mejores cartas, no quería arriesgarse a perderlas. Una vez pasó el tiempo límite, para que le entregaran esos documentos, el oficial Veterinario dijo que él tampoco tenía esos papeles; ante eso Katya tenía dos opciones: la primera preguntarle a Shaka por los papeles, y la segunda, pedirle al veterinario, que hiciera nuevos exámenes; ante la disyuntiva, eligió ambas opciones, le dijo al Oficial Veterinario, que pusiera los caballos de la unidad, en cuarentena, para que los volviera a revisar, mientras ella iba a ver a Shaka, a la enfermería.

Cuando llegó, observó que la infección en la pierna del hombre, era bastante fuerte, ya que la zona afectada se extendía, desde un poco más debajo de la rodilla, a un poco más arriba del talón, al ver daños tan grabes en la pierna de aquel hombre, lo primero que pensó fue: que le amputarían la pierna; ante esto supo que si la penicilina lograba salvarle la extremidad a Shaka, sería un buen agregado al informe que Francisco había elaborado, para que sus ideas sobre células y bacterias fueran más aceptadas. Y viendo que lo más probable, es que aquel informe, se hubiera perdido durante el viaje, o que nunca hubiera existido, sabiendo que los exámenes médicos tardarían un buen rato, y que ese papel, era lo último que le faltaba, para completar su informe, decidió viajar rápidamente a la dimensión de Francisco.

La casa de aquel hombre se hallaba sumergida en una disputa, como era habitual, el joven se hallaba en su cuarto, tenía su espacio muy desordenado, y estaba atareado terminando unas tareas, sus ropas eran poco elegantes, y mostraba un aspecto descuidado, apenas holló la voz de Katya, sus ojos se le iluminaron, fue a recibirla, y posteriormente la pareja entró al cuarto de Francisco; mientras que en la puerta, le había dado un beso tierno, cuando se hallaron en la habitación del joven , comenzó a besarla de forma más apasionada, y con toda la confianza del mundo, bajó su mano derecha, de la cintura a los glúteos, y la izquierda la subió para apretar uno de los senos de Katya, quien con una sonrisa le dijo: