Capítulo 9; Un Día agitado

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"1 de septiembre del 2020

Quien diría que después de tan agradable amanecer, el día sería tan agitado, lleno de pláticas incómodas. Hoy el alba me halló desnudo, abrasando a un cuerpo de mujer, que igual que el mío, se hallaba desnudo; hace cuanto no sentía el amanecer perdido entre piel ajena y tumbado sobre la cama, después de una noche llena de caricias. Aun a media luz, aun de madrugada me desperté por vez primera, y esta vez las campanadas del despertador, no desaparecieron a la mujer que a mi lado dormía, cuanto tiempo anhelaba este exquisito placer. Me desperté abrazado en una piel blanca, la luz inundó mi habitación por aquella ventana que da a la calle, eran pasadas las 8, eran más o menos las 8 y media, cuando me desperté definitivamente.

Ella y yo despertamos, acurrucades de lado en cuchara, mi entrepierna cerca a sus glúteos, dormimos sobre nuestro lateral izquierdo, con mi brazo surdo entre ella y yo; por la mañana acariciaba su pelo enchinado y rojizo, mientras mi mano derecha sentía la suavidad de sus grandes senos, donde por la noche me perdí en caricias y besos. Katya y yo nos despertamos al mismo tiempo fruto del hambre, que una noche de sexo desenfrenado provoca.

Cuando me decidí a levantarme, no aguante la tentación y le di un amoroso apretón a uno de sus senos y un beso en la boca, además de una última manoseada a sus nalgas, me puse rápidamente el pantalón de mezclilla, viejo y roto de una rodilla, que llevaba a noche, y una camisa blanca de mangas cortas, no me molesté en ponerme las pesadas botas militares que mi madrina me había regalado, y fui en sandalias a la cocina para preparar algo de comer, mientras yo me vestía rápidamente, ella igual se estaba vistiendo, pero se tomó un poco más de tiempo, pues consigo cargaba más prendas y se calzó sus botas de cuero.

Y de lo poco que alcancé a mirar de Katya mientras se volvía a vestir, fueron de forma más clara con la luz de la mañana; dos grandes cicatrices, y varias más pequeñas esparcidas por todo su cuerpo, y antes de que se pusiera esa prenda tipo brasier, que consiste únicamente en una banda de tela que se sujeta por delante con 2 botones, vi más claramente que debajo de su pezón izquierdo porta una prominente cicatriz, como si algo se le hubiera enterrado en su pecho; y en su pierna derecha, también tiene otra cicatriz, más o menos del mismo tipo que la de su pecho, como si algo se le hubiera clavado muy profundamente, con la diferencia de que la de la pierna es mucho más grande que la del pecho. Ante esto decidí no preguntar nada, por el tamaño de las marcas en su piel, pienso que son fruto de un asunto que tal vez le genera mucho dolor, y como francamente me encantó lo que ocurrió anoche, y me gustaría repetirlo varias veces más; no realicé ni siquiera un comentario; mucho menos una pregunta sobre el tema."

Luego sobrevino la primera de las pláticas incómodas, mientras Katya y Francisco estaban almorzando; un huevo con chorizo y frijoles, que él se apresuró a preparar con tal de apalear el hambre que dentro de les dos surgía. Mientras lo preparaba Katya se sentó y se dejó consentir, entre que Francisco buscaba en el refrigerador chorizo, huevos y frijoles, y que lavaba el sartén para preparar el huevo. Si ya con la gran habilidad que Katya tenía en el arte de amar, y de la gran belleza de la que era poseedora ; el corazón de aquel joven estudiante quedaría prendado de la bruja para siempre, pues mientras platicaban, en lo que el desayuno estaba listo , en aquella plática, no mayor a 30 minutos, se dio cuenta que los ideales de Katya, eran del mismo color que su cabello, mientras platicaban, para sus adentros pensó "Esta es la Mía" y más; por reflejo aprendido en su niñez, dio gracias a Dios por haberse topado con una mujer del porte de Katya, aunque Jehová, tenía muy poco que ver, con aquel golpe de suerte en su vida, es más si por él fuera seguiría amando a su exnovia, Reyna; pues el plan de Dios era que ella fuese su esposa y que le engendrase a sus hijos, en el Plan de Jehová, para nada estaba la aparición de Katya en la vida de Francisco.

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