Capítulo 3

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Capítulo 3: Somos los tipos buenos.

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Cuando el polvo se había disipado y ya nada casi obstruía el paso de su vista, Kate forzó los ojos para poder distinguir -entre la pequeña nube de tierra que aún quedaba- a las personas que habían tras la puerta de la pequeña casa de su tía. Encima de las terribles condiciones del lugar, venían unos tontos arrasando con todo a su paso.

La mandíbula de la castaña casi toca el piso cuando su mirada chocó con la del chico suicida de esa mañana. Incrédula, abrió sus ojos de par en par y forzó un gesto de desagrado. No imaginó volver a verlo, y si lo hubiera hecho en algún lejano futuro, no esperaba que fuera en estas adversas condiciones. Aunque su atención la tenía principalmente aquel atractivo hombre, si logró distinguir dos figuras masculinas más, sin embargo, su enfadado estado solo le permitía verlo a él, a Dazai.

Osamu, por su parte, portaba una sonrisa triunfante, elevando las comisuras de sus labios a su máximo explendor, exparciendo aquella aura misteriosa y la vez divertida que lo caracterizaba; tal vez su posición de vencedor era lo que más irritaba a la chica que estaba de frente. Tenía también una libreta sobre su cabeza, la cual aguantaba por los extremos con ambas manos, a lo largo de las dos hojas había un mensaje, uno que fue escrito de antemano, y que decía lo siguiente:

"Devuélveme mi voz"

Ekaterina había olvidado ese pequeño detalle, y casi se echa a reír ahí, mas se contuvo por no quitarle seriedad al asunto. Cuando había terminado de analizar al egocéntrico de Dazai, viajó con sus ojos hacia los otros dos presentes. Logró reconocer al albino amable que interrumpió su plática matutina con el de orbes marrones, se encontraba ligeramente sonrojado y parecía apenado por la entrada que había optado por hacer Dazai; sin embargo, la tercera figura era un completo misterio para ella.

Se trataba de un adolescente de cabello naranja con un peculiar pero sencillo peinado, una estatura media-alta, bastante apuesto, y, a diferencia de los demás, se mantenía atrás, con un semblante tranquilo.

—Esto tiene que ser una broma... —susurró, cruzándose de brazos. Inevitablemente frunció su ceño.

Osamu agrandó su sonrisa y pasó una hoja de la libreta para mostrar algo que ya traía escrito; acto seguido guardó su mano desupada en uno de sus bolsillos. Mostrándose feliz.

"No lo es"

Esa sonrisa traviesa en su rostro, ese gesto superior, esa seguridad plasmada en su expresión, la molestaba, lo hacía a niveles descompasados.

Esa sonrisa traviesa en su rostro, ese gesto superior, esa seguridad plasmada en su expresión, la molestaba, lo hacía a niveles descompasados

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Orden de la Reina  •|Osamu Dazai|• (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora