Capítulo 4

733 88 53
                                    

Capítulo 4: Celeste Brown

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 4: Celeste Brown.

.
.
.


Celeste comenzó a abrir sus dorados orbes lentamente, aunque no le fue tarea fácil puesto que sus párpados eran pesados. Estaba tan cansada; a pesar de estar acostada en el frío suelo sentía que su cuerpo le pesaba una tonelada, se encontraba adolorida. Entre abrió su boca —buscando un poco de oxígeno, porque hasta respirar le costaba un poco— y dió una ojeada rápida a todo a su alrededor. Tenía las manos amarradas en su espalda, las paredes eran oscuras, cubiertas de moho y mugre, delante de ella habían unos barrotes, a través de los cuales sólo se podía ver un gran pasillo, que se dividía en varios caminos subyacentes

Debía estar en alguna clase de almacén abandonado.

Intentó ponerse en pié, sin embargo, cuando se había logrado colocar de cuclillas la debilidad de su cuerpo le impidió llegar más lejos. Se tambaleó y cayó contra el piso, golpeando su frente con la dura loza, eso definitivamente le dejaría marca. Chilló molesta y frustrada por su acción fallida y el dolor que la azotaba. Era consciente de que así no podía emplear sus poderes, pero de forma casi estúpida lo intentó y el resultado fue el esperado, ninguno.

Suspiró con desgane y dejó todo su cuerpo relajarse, quedando acostada. Un mechón travieso de su cabello cayó sobre su frente, así que soplando con su boca trató de apartarlo, pero el susodicho se resistía.

Justo en medio de una mortal batalla contra su propio pelo sintió el arrastre de un objeto de metal, el cual hacía un sonido bastante espantoso al rozar contra el suelo, parecía salido de una película de terror. Se alarmó grandemente, ¿Tratarían de torturarla para sacarle información de Kate? Había visto demasiados filmes y series, la mafia no se caracterizaba por métodos rosas, ellos eran más de emplear la fuerza para su cometido, sacar información brutalmente y luego asesinar a su proveedor. Ella estaba consciente de que no hablaría, jamás haría algo que perjudicara a su amada prima, pero sin duda no quería sufrir, desde pequeña le había tenido un miedo poco común al dolor.

Aquel ruido aumentaba su intencidad a cada segundo que pasaba, como una tortura lenta.

Cuando creía que su inminente final había llegado, cerró sus ojos fuertemente, rezando a todo dios una segunda oportunidad de vida. No quería morir ahí, tenía demasiadas cosas que hacer en su vida, demaciados mangas que leer, demasiadas aventuras por vivir. Esto no podía ser la meta, el camino no podía terminar ahí.

Pasaron unos minutos en los que maldeció su suerte y la de su familia, condenados todos por culpa de ese par de escoria que en su momento vendió el poder de Kate para hacerse ricos; largos minutos en los cuales no había ocurrido nada y eso que el sonido había cesado.

Primero abrió el ojo derecho y al comprobar que no había peligro el izquierdo. Frente a ella, sentado en una silla, se encontraba el mismo chico que había atacado su casa hacía unos días, aquel poderoso joven que fue capaz de vencerlas a las dos juntas, el que intimidaba solo con una mirada.

Orden de la Reina  •|Osamu Dazai|• (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora