La chica del Híbrido

Capítulo 10: Te mantendre a Salvo

Sabía que las cosas se complicarían después de lo qué pasó con las brujas, en especial con Agnes, Klaus no lo dejaría pasar.
Así que ya arreglada con unos jeans grises de mezclilla, una blusa negra de tirantes con unas botas negras no tan altas, ya preparada para bajar, me acomode mi pelo rubio.

Lista para bajar a la cocina, decidí tomarme el tiempo y bajar las escaleras lentamente, no tarde mucho en llegar a la cocina, prepare una taza de té.
Camine sin rumbo por la gran mansión que tiene un toque antiguo, pero algo que no puede dejar pasar es que había una reunión en la gran sala de estar, viendo a Rebekah y Klaus incluso a Sophie. Mientras escuchaba toda la conversación estando parada.
Al parecer Sophie estando sentada y algo confundida mira a Klaus, pero Klaus la mira con despecho y ira grita.
—Teníamos un trato protegerías a mi hijo y yo desmantelaría el ejército de Marcel y mientras estaba ocupado cumpliendo con mi parte del trato , tú permitiste que Danica fuera atacada y casi asesinada , ¡por un montón de brujas lunáticas!— mientras Klaus se sienta cómodamente en el enorme sofá blanco.
Rebekah estaba ahí sentada porta brazos del sillón viendo a Sophie. Hasta que Sophie hablo seria y firme:
—¡No tuve nada que ver con eso, lo juro!, entre Danica y yo hay una unión, lo olvidaste. Ella muere y yo muero.—expresó Sophie
Rebekah no tardo mucho en intervenir y cuestionando.
—¿Entonces quiénes eran?
—Son un bando de brujas extremistas , Sabin les dijo estúpidamente que tuvo un visión del bebé.
—¿Que clase de visión?—pregunto Klaus.
—Las tiene todo el tiempo están total mente abiertas a la interpretación y creo que se equivocan esta vez—hablo Sophie casi segura.
—¿Y cómo puedo preguntar fue esta visión interpretada?—dijo Klaus sin más.
—Más o menos que tu bebé traerá la muerte a todas las brujas—hablo Sophie seria.
—ah, bueno, mi cariño por este niño crece cada segundo—afirmó  con cierto optimismo y orgullo.
Rebekah habla afirmando:
—Escucha Sophie, Le prometí a mi hermano que protegería al milagroso bebé Mikaelson, mientras llega a un trato con la bruja Davina.
—¿Elijah está con Davina?—pregunta Sophie.
—En este momento, me lo imagino.—habla Rebekah con cierta ironía mientas se acomoda en el sillón.
—Creo que tendrá mucho que decir—fue lo último que dijo Sophie.
—tu dirás...—dijo Klaus levantándose un poco del sillón y volviéndose acomodar con una mirada algo seria.

Mientras Sophie hablaba sobre su pasado y que no tenía mucha fe en las brujas. Hablo un tema importante sobre la siega un ritual de mil años para restaurar la magia, escogiendo a cinco chicas para la cosecha que incluía los cuatro elementos. Para restaurar la magia, el teléfono de Klaus interrumpiendo a Sophie,así que Klaus tomó el teléfono para contestar:
—Marcel, es algo temprano para ti, cierto.
—tengo un imperio que gobernar.—hablo Marcel desde el teléfono.
—Mejor tu que yo, esa responsabilidad es algo aburrida—contesto Klaus dándole cierta ironía.
—Voy alegrarte un poco las cosas, escuche  qué hay brujas muertas en el pantano, el tipo de daño que un licántropo haría en luna llena, hay un informante que tengo que ver .— afirmó Marcel.
—Brujas muertas, muertas en el pantano, suena como un problema menos o motivo de celebración —dijo Klaus con cierto entusiasmo.
—Pero algo las mato y quizás siga libre  y quizás como tú sabes la única cura y mordedura es tu sangre y me encantaría que me acompañaras— hablo Marcel serio.
—Si, porque no, no e ido al pantano en años, estoy en camino—dijo Klaus sin más.
—No puede salir a ahora, tengo que reunir los huesos de las brujas muertas y consagrarlos antes que el sol se oculte, o perderá el lazo de su magia—dijo Sophie algo alterada.
—Esas brujas trataron de matar a Danica, prefiero que el informante de Marcel , no encuentre que nos guíe directo hacia nosotros, a ella o ya sabes  eso—habla Klaus con cierta ironía, señalando a mi vientre.
—Eres tan delicado—hablé mirando a Klaus, dándole de sorbo a mi taza de té.
—No te vayas, y guarda el resto de la historia, hasta que regrese.—ordenó Klaus señalando a Sophie, caminando rumbo a la salida de la mansión.