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Habían pasado tres días, y Saeran nunca se presentó, Yoosung deducido que todavia estaba enojado con él y su reacción tan poca por lo que le había mostrado.

Su estómago gruño, la falta de comida en su organismo era demasiado evidente. Pero no podía hacer nada, su mejilla ya no estaba hinchada, pero deducia que había un moreton en su cara, además, sus manos comenzaban a doler por el amarre de las cadenas. No podía hacer nada, más que esperar por Saeran. Era lo único que podía hacer.

Porque como dijo Saeran, él era coedependiente y lo necesitaba para sobrevivir en aquel lugar. Escucho la puerta abrirse y el rechinar de la madera crujiendo ante los pasos de Saeran, él había vuelto y.... Llevaba consigo un botiquín, una ropa de cambio (que consistía en un short, una camisa blanca y un boxer), y una toalla.

--¿Saeran?.-

--Cállate.-

No dijo nada más y dejó que este le curara. No parecía feliz, pero tampoco enojado, parecía calmado. Le miro cuidadosamente su rostro, notando sus rasgos, pero apartó la mirada cuando la cruzo con aquellos ojos profundos de aquel color jade.

--Tu mejilla, ¿como se encuentra?.- Preguntó mientras su mano tocaba con delicadeza esta.

--Se encuentra mejor...- Contestó sincero mientras miraba el suelo.

Saeran suspiro para sacar de su bolsillo una llave, la cadena de sus manos fue retirada, y Yoosung se sintió aliviado, mientras que con una mano masajeaba la zona roja, que parecía y era dolorosa.

Saeran se levantó y se dirigió al pequeño cuarto del lugar que a veces permanecía con candado que era el baño y regadera de ese lugar. Saeran lo mantenía así ya que las primeras veces que lo dejó a disposición de Yoosung, este se encerró por días. Pero ahora tenía la llave por lo cual ya no podía.

--Date un baño y cambiate, te traeré algo de comer una vez termines.- Dijo mientras se iba del lugar.

Yoosung tomo la toalla y se adentró al baño, quitándose la ropa que tenia y abriendo la regadera, miro sus piernas, abdomen y brazos, llena de pequeños y grandes moretones.

Entro al agua mientras cogía el jabón morado que utilizaba para bañarse, tenía un suave olor a Zarzamora, le encantaba aquella fruta, y pensar en ello sólo le provocó hambre.

--Vamos Yoosung Kim, solo bañate.- Se dijo mientras comenzaba a enjabonar su cuerpo esparciendo el suave olor, el agua se encontraba tibia, lo que era un alivio.

No tardó tanto en terminar, seco su cuerpo y tomo la ropa para cambiarse.

Se sentía refrescado, y eso era bueno, colgó la toalla para que está se secara, y decidió esperar a Saeran.

A los pocos minutos, Saeran regreso con una bandeja y en ella, un plato hondo con sopa, dos panes redondos y pequeños, y una botella de agua.

La dejó a su lado y para cuando se iba a marchar.

--Gracias Saeran.- Dijo mientras le miraba irse.

--Tsk.- No dijo más y se marchó.

Yoosung no tardó en comenzar a comer, disfrutando de la comida que Saeran le había dado.
El agua pasando por su garganta seca era una sensación maravillosa (claro, no como cuando Saeran por diversión lo ahoga a propósito). Los panecillos tenían cierta porción de mantequilla, lo que les daba una suave sensación y dulzor.

Una vez termino, quedó plasmado en el piso, miro el techo y pensó por todo lo que había pasado en esos últimos días y suspiró agobiado.
A sus pensamientos se le vino el pensamiento de cuando Saeran le beso, para "reconfortarlo" de su llanto, del como nadie le Amara de la misma forma en la que él lo hacía.

Llevó las llemas de sus dedos a sus labios, recordando el cálido pero suave, al mismo tiempo dominante y fuerte que fue el beso.

--¿Que estoy pensando?, debo estar muy agobiado....- Se dijo así mismo, mientras recostaba su cabeza en la pared, sentado, cerró suavemente los ojos y dejó que el sueño le consumiera.

. . .

|| CORDURA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora