Eran las 10:50. El día mas esperado para Heather había llegado luego de dos meses de vacaciones. Estaba demasiado caluroso, pero allí estaba junto a su madre y su abuelo, en el anden 9 ¾ esperando el ansiado tren que la llevaría a un nuevo año de aventuras en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
- ¡Maldición! Preciese que las manecillas ni se movieran - dijo mirando un viejo reloj ubicado en lo alto de una de las paredes del anden - ¿se habrá quedado sin baterías? - le pregunto a su madre.
- Primero, te dije que dejes de maldecir a todo lo que se te cruza y segundo, aquel reloj funciona con magia - contesto Cassandra con dulzura.
- Lo siento, mamá - se disculpo - luego de dos meses se me olvidan ciertas cosas – sonrió
- Espero que no se te olviden, de la misma forma, las lecciones que aprendas durante este año - comento Alphard, su abuelo, un hombre bastante robusto, barba espesa y cabello entrecano.
- Claro que no. Menos cuando tengo que alcanzar a mamà con sus notas - sonrió complacida. Cassandra le devolvió la sonrisa, y miro el reloj.
- Ya es hora, Heather - dijo tomándola del hombro. Ella asintió y la enredo, inmediatamente, en un muy fuerte abrazo.
- ¡Te voy a extrañar mucho, mama! Prometo escribirte seguido - dijo dándole un sonoro beso en la mejilla.
- Yo también te extrañare, mi vida. Pórtate bien y procura que McGonagall no te ponga en detención ¿si? Es bastante severa cuando quiere - le aconsejo su madre.
- Lo se - sonrió ella y se volvió a su abuelo, para despedirse - a ti también te extrañare. Me cuidas a mama, eh.
- Siempre querida. Siempre - contesto el dándole un suave beso en la frente.Sonriéndoles, se subió al tren. Cuando por fin encontró un compartimiento, volvió a asomarse por una de las ventanas para saludarlos una vez más. En ese preciso instante, el silbato sonó fuertemente, anunciando la partida del Expreso.
- Cuídate. ¡Promételo! - sonrió Cassandra mientras la saludaba con la mano.
- ¡Lo hare! - grito ella imitando a su madre - ¡Adiós Ma! ¡Adiós abuelo! - sonrió y se perdió de la vista cuando el tren tomo la primera curva. En ese instante, Cassandra suspiro y su padre la abrazo por los hombros.
- Estoy segurísimo que todo seria mucho mas fácil para ti, si el estuviese aquí…Cassandra lo miro de reojo y lo obligo a que emprendiesen el regreso a casa.
- El así lo quiso y jamás volvió a preocuparse. Todo en la vida sucede por algo, y por alguna razón el destino quiso que así fuese esto - contesto mientras atravesaban la barrera de piedra para volver a la estación de King Cross.
- ¿No tuviste noticias? Ya sabes… últimamente. - le pregunto
- No. Nunca más desde aquel día - contesto ella indiferente.
- Si no te interesa… ¿Porque no rehiciste tu vida? - le pregunto sin mirarla. Cassandra detuvo su paso y quedo mirando a su padre muy sorprendida.
- ¿Me lo preguntas enserio? Oigo tus palabras en mi mente y te miro a los ojos y siento que no te conociese
- Ha sido solo una pregunta. Es todo – comento Alphard encogiéndose de hombros – acaso… ¿Todavía lo amas?Cassandra observó a su padre por unos instantes sin decir palabra. Segundos más tarde, sonrió y volvió a su paso normal fuera de la estación.
- No creo que sea amor lo que siento. Mas bien nostalgia…
- ¿La nostalgia fue la que te impidió rehacer tu vida? – dijo su padre, siguiéndola.
- ¡Que preguntón estás hoy! Fue mi hija la que me impidió hacerlo – hizo una pausa, pero al ver la cara de su padre, continuo – no directamente, claro. Pero no podía pensar en nadie mas mientras ella crecía.
- ¿Y quien te lo impide ahora?
- Nadie me lo impide ahora, pero hay cosas que tu no te enteras – sonrió pícaramente
- Acaso tu… - Alphard se freno en seco.
- A su tiempo – sonrió Cassandra sin detenerse – a su tiempo.
ESTÁS LEYENDO
La Hija de Remus
FanfictionRemus Lupin no puede dejar atras los fantasmas de su pasado. Abandonar a su novia de la adolescencia a punto de dar a luz es algo que jamás se perdonará, pero gracias a una oportunidad concedida por Albus Dumbledore, las cosas tal vez puedan llegar...