A regañadientes, Gulf se va con su madre a vivir a la mansión del novio y futuro marido de la mujer. Una vez allí, estos se encontrarán además de con el empresario, con Mew, su guapo y único hijo, el cual se queda prendado al instante del moreno, au...
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...—Wow, joder pues si que está forrado, ese viejo verde—habló Gulf bajándose del coche y admirando el vello lugar.
Su madre lo miró molesta.
—Oye hijo, habla con educación y ten más respeto, no hables así de Pen.
El moreno chico resopló con enfado.
—Es tu culpa madre, ya te dije que yo no quiero estar aquí.
La veterana modelo iba a decir algo más para regañar a su hijo pero entonces varios empleados salieron del interior de la propiedad y se les acercaron.
—Buenas tardes, señora Lukkade, bienvenidos... el señor Suppasit ya nos dijo que llegarían y que por lo tanto los acomodasemos cuanto antes—hablo una mujer con el pelo canoso.
Esta sonrió.
—Oh muchas gracias, son muy amables.
Rápidamente, las doncellas y el mayordomo, ayudaron a los operarios indicándoles el camino para así dejar todas las cosas de los recién llegados.
La ama de llaves se fue con la mujer hacia el interior de la casa, mientras que Gulf decidió dar dar un paseo por los alrededores e inspeccionar el lugar.
Tras rodear la casona, este descubrió algo fantástico ya que en la parte trasera había una gran piscina, la cual le hizo sonreír ampliamente.
—Joder, este tío debe estar forrado, menuda choza se tiene y ni que hablar de la piscina... si no fuese por qué me repatea la gente rica que se cree más que los demás, lo cierto es que no estaría tan mal vivir aquí.
Luego de pasearse durante unos minutos más, el chico decidió entrar en la casa y entonces una de las doncellas le indicó cuál sería su habitación.
De cerca, el moreno la siguió y entonces tras la gran escalinata, estos llegaron a una puerta, la cual dio paso a una hermosa y lujosa habitación.
—Esta es, espero que sea de su agrado joven, si necesita algo no dude en oprimir este botón y acudiremos enseguida.
El chico asintió sin mirarla, mientras tocaba los muebles del lugar y tras soltar un gran resoplido, se dejó caer en la mullida cama.
—Maldita sea, ¿qué mierda voy a hacer yo aquí en este lugar, apartado del bullicio de la ciudad?, esto es un completo muermo.
—Tú habitación es muy hermosa ¿verdad?, vamos a ser muy felices aquí, hijo ya lo verás—dijo Lukkade entrando muy sonriente.
Gulf levanto la cabeza y la miró con el ceño fruncido.
—Odio este lugar, ¿podemos irnos?
La mujer negó y se tiró en la cama también.
—Acabarás amando este igual, ya lo verás
El joven moreno se levantó soltando un resoplido.
—Ni en un millón de años... preferiría vivir en una choza antes que aquí... seguro que son una pandilla de estúpidos estirados que me mirarán por encima del hombro.
Lukkade se levantó y se acercó a su hijo abrazándolo
—Nada de eso pasará, Pen y su hijo no son así...ellos son unos hombres encantadores y verás qué nos harán sentir muy bien aquí.
Gulf chasqueó la lengua con fastidio y se levantó de la cama, entonces su madre se levantó también y caminó para abrazarlo.
—Nada de eso pasará, cariño...Pen y su hijo no son así, ellos son encantadores y verás que nos harán sentir bien aquí.
El moreno se apartó y acto seguido caminó hasta la cómoda.
—Está visto que mi opinión no cuenta para nada, madre...muy bien, me quedaré en esta maldita casa.
La mujer suspiró con resignación.
—Cariño, no seas así.
El obstinado muchacho cogió un traje de baño del primer cajón donde la doncellas lo habían puesto y le indicó la puerta a su madre con molestia.
—Vete, ya te dije que te complaceré... me iré a dar un baño a esa maravillosa piscina, que por lo visto es la única diversión que habrá en esta jodida jaula de oro.
—Cariño.
—Vete, madre, déjame solo.
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