Capítulo 2°...

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-Cenamos y luego nos fuimos a nuestra habitación. Yo  dormía en el tercer piso, mi habitación era gigante, mi padre me la había construido como regalo de cumpleaños en mis 15 años. En la habitación se encontraban 2 camas, las cuales se separaban por un pequeño velador, apegado a la pared se encontraba un enorme armario en el cual con Catalina compartíamos la ropa y zapatos. En la otra esquina había un mueble con espejo con algunas pinturas, plancha para alisarse el cabello y todo tipo de maquillaje y accesorios. Las murallas estaban decoradas con fotos de nosotras y algunos amigos. En la ventana, la cual se abría y había una pequeña terraza, se encontraban 2 sillones pequeños. Al acostarnos, me gire para mirar a mi amiga dormir, me sentía tan feliz de que por fin pudiera traer consigo a su hermano. Comencé a recordar todas las cosas que hemos vivido juntas. Nos conocíamos hace 6 años, prácticamente toda nuestra adolescencia juntas, siempre unidas y defendiéndonos mutuamente. Catalina vivía con sus padres, ambos muy amables y tiernos con ella, al menos eso demostraban, pero ella siempre venia llorando donde mi porque su madre siempre la trataba mal o simplemente la ignoraba, su hermano mayor al cumplir la mayoría de edad se fue dejándola sola, ya que no aguantaba los malos tratos de la madre. El padre de catalina era el único que siempre la defendía, pero lamentablemente falleció de un cáncer hace 1 año, desde ese momento la casa se volvió en un infierno. Catalina era golpeada reiteradas veces por su madre hasta que esta no aguanto más. Mis padres la denunciaron y se la quitaron, como era menor de edad se la iban a llevar a un orfanato pero ellos lo impidieron y la trajeron a vivir con nosotros. Catalina iba algunas veces a su antigua casa a sacar las ultimas cosas que le quedaban, o simplemente a ver a su hermano que ahora tenía 1 año de edad, si, su padre al morir había dejado a su madre embarazada, catalina sabía que la mujer lo golpeaba y lucho por quitárselo, hasta que por fin lo pudo lograr.

Siempre he admirado la fuerza y fortaleza que tiene mi amiga, a pesar de haber sufrido toda su vida seguía luchando por lo que quería sin rendirse siquiera una vez, sin duda es mi ejemplo a seguir.

A la mañana siguiente catalina se levantó temprano, le tocaba ir a trabajar, era su ultimo día, yo había terminado ayer, luego de eso tendría vacaciones. En la tarde iría a buscar a su hermano-

Bueno __ me voy, te espero a las 5 en el café –me dio un beso en la frente y se fue, al cabo de un rato mire la hora, ya eran las 9 de la mañana, me levante, desayune y duche para arreglarme, Michael iría a buscarme. Sentí que golpeaban la puerta- hola Michael.

Hola muñeca –me dio un cálido beso-

Bueno, ¿nos vamos? –Entrelazamos nuestras manos mientras caminábamos- ¿dónde iremos?

Donde tú desees preciosa.

Mmm me gustaría comprar algunos juguetes, un poco de ropa o algo por estilo para el hermano de cata –exclame-

¿Para su hermano?, ¿ósea que ya pudo tener su custodia? –pregunto asombrado-

¡Sí!, el abogado ayudo mucho y anoche mi madre trajo la orden para que pudiéramos ir a buscarlo hoy día mismo, de echo a las 5 pasare a buscarla e iremos a la casa, no será fácil… pero ojala todo resulte bien –sonreí alegremente-

Está bien, también le comprare algo y las acompañare a buscarlo –paseamos por varias tiendas, entre los dos compramos ropa, juguetes y varias cosas para recibir al nuevo miembro de la familia. La tarde paso rápido y ya nos encontrábamos camino hacia el café a buscar a catalina-

¡Cata! –Grite al verla fuera del café-

Hol… ¡¿qué hace él aquí?! –Protesto al ver a Michael-

"Since I saw you"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora