Boys / 2seok

04

—¿Me estás prestando atención? —le pregunto a Jaehwan adelantándome a él e impidiendo que siga caminando.

Me mira con disgusto ignorando mi intromisión en su camino.

—Seokjin —dice —, estoy ocupado.

¿Ocupado? Llevaba siguiéndole el paso por todo el campus por 20 minutos y lo único que había hecho en todo ese tiempo era echarme malas miradas.

—No estás ocupado —digo —. Estás evitándome.

—¿Por qué te estaría evitando? —no soy capaz de responder cuando él decide hacerlo por mi —Lamento lo del otro día...

—No tienes porqué disculparte. Que hayas sido un tonto antes no significa que no seamos amigos.

Por primera vez en todo el día me da una sonrisa ladina que se desvanece casi al instante, siendo sustituida por algo cercano a una mueca de murria.

—¿Estás bien?

Gira su mirada ambos lados, casi como si fuera a cruzar una calle, se asegura de que nadie esté cerca de nosotros antes de contestarme.

—Quiero hablar contigo —comienza —, ¿puedes pasarte por mi piso cuando tus clases acaben?

Le aseguro que apenas ponga un pie fuera de mi desastrosa facultad iré hasta donde vive y podremos charlar sin interrupciones.

Mis clases terminan más rápido de lo esperado, pero aún así mi día dentro de la universidad no ha terminado.

Antes de entrar al auditorio Jungkook me llama desde lejos mientras sacude la mano izquierda de un lado a otro, lleva tomado de la mano libre a un Taehyung que se ve tan pequeño y frágil a su lado como una figurilla de cristal.

—¡Hola! —articula mi hermano cuando llega a mi lado.

—Hola, Seokjin —saluda Taehyung de igual manera. Es cuando el sonido de su grave voz me recuerda que como Jungkook, es un chico, y él también podría golpear a alguien y dejarlo en el piso.

Les doy un asentimiento de cabeza para devolverles el saludo.

—¿Entrarán a la conferencia? —les pregunto sorprendido. Aunque no era un evento obligatorio, era un evento que sería público por parte de la universidad y me parecía una tontería no aprovechar algo así.

—Taehyung quería venir.

—Creo que será divertido —complementa —. ¿Por qué no te sientas con nosotros? —pregunta cuando hemos entrado.

Las personas dentro no llenaban ni siquiera la tercera parte de la capacidad del lugar.

—Prefiero no estar de más —les aseguro apartándome de dónde se encuentran.

Del lado derecho, una preciosa y sonriente Wheein parece estarse debatiendo entre llamar mi nombre y no hacerlo. Me mira fijamente. Cuando decido dar un paso hacia ella alguien choca contra mi hombro.