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Hoseok me llama por la mañana y me pide que pase a recogerlo porque su auto se ha averiado

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Hoseok me llama por la mañana y me pide que pase a recogerlo porque su auto se ha averiado. No le pregunto por qué no podía usar alguno de los otros tres autos que sobran en su garaje y sencillamente lo obedezco.

Lo primero que hace cuando me ve al abrir su puerta es besarme sin vergüenza.

—¿Y tus padres? —le pregunto cuando me deja respirar.

—No están —responde y me vuelve a besar.

Siento como su mano se desliza desde mis omoplatos hasta poco más arriba de mis caderas, después siento un tirón en el trasero y veo cómo se aleja de mi con las llaves de mi auto en su mano.

—Yo conduzco, es aviso.

Nos saltamos las clases ese día y ni siquiera me preocupo por eso. Con Hoseok a mi lado no pienso en nada que no sea él.

—Tengo que confesarte algo —es lo primero que dice Hoseok en cuanto estaciona. No habla por los otros cinco minutos que nos toma salir del auto y sentarnos en una de las bancas del parque al que condujo —. No me gusta mi carrera, no quiero ser doctor —admite.

Me tardo un rato pensando que contestar a eso. Compro una botella de agua en un puesto ambulante que está cerca y pierdo el tiempo dando pequeño traguitos.

—Supongo que está bien que te hayas dado cuenta —digo —, es un gran paso a un camino correcto.

Hoseok apresa una de mis manos y juguetea con ella con nervios.

—Realmente no sé cómo debería decírselo a mis padres. Ni si quiera sé si debería hacerlo.

Zafo mi mano de la prisión en la que se encuentra y entrelazo nuestros dedos con cariño. Siento mi corazón calmado por el simple hecho de que ha tenido la confianza de decirme lo que le sucede.

—No sé lo que estás pensando —comienzo —, tampoco sé qué es lo que te hayan dicho al respecto pero... la vida es muy rara. A veces simplemente cambia de la nada. Supongo que debemos entender que somos tan pequeños comparándonos a ella. Es normal que te des cuenta de diferentes cosas en el camino, no está mal, todo lo contrario, así puedes saber lo que no es lo tuyo —con mi mano libre sostengo su mejilla y le regalo suaves caricias, mantengo mis ojos sobre los suyos y trato de transmitirle mi apoyo —. Si te importa mucho lo que digan tus padres, piensa que al final ellos serán felices con el hecho de verte feliz a ti.

Asiente sin ánimos y no dice nada. Pero está bien, sé que no necesita decir nada para saber que lo ha entendido.

Recarga su cabeza sobre mi hombro y me atrevo a dejarle un beso en su coronilla. Eunwoo, aquel chico de mi clase de actuación, aparece de pronto frente a nosotros y, sin pensármelo dos veces, aparto a Hoseok quien huye hasta la otra esquina de la banca.

Boys / 2seokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora