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—¡Puedo explicarlo! —alcanzo a decir después de apartar a Hoseok y dejarlo caer sobre la alfombra de la habitación

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—¡Puedo explicarlo! —alcanzo a decir después de apartar a Hoseok y dejarlo caer sobre la alfombra de la habitación.

Mamá alza una ceja con intriga mientras sale de la habitación lentamente. Después escucho los pasos sobre las escaleras.

—¿Significa que tus padres me odiarán? —pregunta el castaño levantándose y sacudiéndose el polvo inexistente de su pantalón.

—Claro que no te odiarán —le digo —, pero van a pensar que me gustan los chicos —alego con la preocupación filtrándose en cada rincón de mi cuerpo.

—¿Y no te gustan? —se mofa.

Le doy una mala mirada, de repente olvidándome de mi resfriado y sintiéndome mucho mejor.

—Contigo es... diferente —contesto.

Lo jalo de la muñeca escaleras abajo y apenas ponemos pie sobre la planta baja papá sale de la cocina.

—¿Te encuentras mejor, hijo? Vaya que tu amigo será buen doctor —se burla mamá desde la sala.

—Jin tenía, uhmm... Tenía una basura en el ojo —habla Hoseok.

—No trates de excusarte, cariño —le dice mamá al menor —. No tiene nada de malo.

—¿Qué no tiene nada de malo? —pregunta papá sentándose junto a mamá.

Obligo a Hoseok a tomar lugar junto a mí en el sofá que enfrenta a mis padres.

—Seokjin y Hoseok son novios —obvia ella.

—Ah, pues felicidades —dice él.

Hoseok se mueve disimuladamente hasta la otra esquina del sofá y de reojo alcanzo a ver su rostro pintándose de carmín.

—No estamos saliendo —les aclaro desplazándome con cautela hasta el lado de Jung de nuevo —. Los chicos no son lo mío.

—Seokjin, cariño, no tienes nada de qué avergonzarte.

—¡Mamá! —refunfuño —Hoseok y yo solo somos amigos, de verdad.

Los amigos no se besan en la boca—tararea mi papá, ¿en qué momento se había enterado?

Hoseok tose incómodamente quitándose la sudadera amarilla que tenía. —Como que hace calor, ¿no?

Mis papás no tocaron el tema de nuevo en toda la noche. Habían dejado que Jung durmiera en mi habitación con la condición de no cerrar la puerta. Me sentía como un niño de secundaria.

—Buenos días solecito —dice Hoseok cuando los rayos del Sol me hacen despertar. Me pregunto si Hoseok trata de hacerle competencia a aquella estrella.

—Quítate y déjame dormir —le digo enredándome nuevamente en mis sábanas.

—Todavía que te dejo la cama para que duermas y me tratas así de mal.

Boys / 2seokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora